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Navidad, momento de amor, paz y redención

Esta principal festividad cristiana fue reconocida 300 años después de la muerte de Jesús.

Navidad, momento de amor, paz y redención.
Fecha Publicación: 25/12/2023 - 00:00
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La Navidad es la fiesta cristiana más popularizada, pese a que la Iglesia considera que es más importante la Pascua. Uno de ellos se conoce como la Novena de aguinaldos  (16 al 24 de diciembre), costumbre católica en la que las familias o grupos de personas se reúnen a rezar un novenario, consumir platos típicos de Navidad (según el país), cantar villancicos y hacer entretenimiento temático a las fiestas de Navidad y Año Nuevo.

Previo al evento, se realiza la corona de adviento, hecha a base de ramas de ciprés o pino atado con un listón rojo, es realizada cada domingo previo al día de Navidad. Las familias se reúnen a su alrededor cada domingo, se enciende una vela y se recitan oraciones y villancicos como preparación al nacimiento de Jesús. Esta tradición es recurrente en la Iglesia católica ya que la corona debe ser bendecida en la iglesia.

Otras involucran un conjunto de tradiciones de carácter diverso, tanto litúrgicas como familiares, locales o nacionales. Empezando por la cena de Nochebuena (24 de diciembre-25 de diciembre), consiste en un gran banquete que abarca desde la víspera del día de Navidad hasta pasada la medianoche. Se celebra en honor al nacimiento de Cristo que tuvo lugar en la medianoche, al comienzo del día 25 de diciembre; de manera parecida al banquete judío del Pésaj. Tradicionalmente se come pavo, cerdo, cordero, bacalao y otros platos, dependiendo del lugar en que se celebre o las tradiciones de la familia. Tradicionalmente en las familias cristianas o reuniones de cristianos se suele realizar un rezo a medianoche en honor al nacimiento de Jesús y en señal de agradecimiento a Dios.

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Los belenes, pesebres o nacimientos navideños: consisten en la representación del nacimiento de Jesús, mediante una maqueta de Belén y sus alrededores, en la que las figuras principales son el establo donde nació Jesús, la ‘”Sagrada Familia’”, los animales y los pastores, también los 3 'Reyes de Oriente' y una estrella con una estela que también suele colocarse en lo alto del 'árbol' de Navidad. Según la tradición San Francisco de Asís  fue su inventor. En Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Venezuela  y otros países, la figura del Niño no se coloca hasta la llegada de la Navidad, fecha en que se celebra su nacimiento, y luego de ser “arrullado” es colocado entre José y María.

Los villancicos; canciones o cantos alusivos al nacimiento de Cristo o a la Sagrada Familia. Algunos como 'Noche de Paz' tienen versiones en varios idiomas o ritmos, con el mismo o distinto nombre.

Fecha real

La Navidad, la conmemoración del nacimiento de Jesucristo, que se celebra el 25 de diciembre, guarda muchas similitudes con las Saturnales, las fiestas paganas que celebraban los romanos en honor a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha, y que originalmente transcurrían entre el 17 y el 23 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno, el período más oscuro del año, cuando el Sol sale más tarde y se pone más pronto.

Las Saturnales, eran unas fiestas paganas que celebraban los romanos en honor a Saturno, el dios de la agricultura y la cosecha, y que originalmente transcurrían entre el 17 y el 23 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno.

Las labores agrícolas finalizaban en esta época y los campesinos y los esclavos podían aplazar el trabajo cotidiano. Los romanos, como ocurre actualmente en la Navidad, visitaban a sus familiares y amigos, intercambiaban regalos y celebraban grandes banquetes públicos. Durante estas fiestas, que se prolongaban durante siete días, los esclavos gozaban de una gran permisividad; podían vestir las ropas de sus señores y ser atendidos por estos sin recibir ningún castigo.

También los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del Natalis Solis Invicti o asociada al nacimiento de Apolo. 15. El 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno, y que los romanos llamaron bruma. Cuando Julio César introdujo su calendario en el año 45 a. C., el 25 de diciembre debió ubicarse entre el 21 y 22 de diciembre de nuestro Calendario Gregoriano. De esta fiesta, se tomó la idea del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesucristo.

NAVIDAD
 

Los antecedentes de la Navidad habría que situarlos en los años 320-353, durante el mandato del papa Julio I, que fijó la solemnidad de Navidad el 25 de diciembre, a pesar de la creencia de que Jesucristo nació durante la primavera, quizá con la intención de convertir a los paganos romanos en cristianos. Posteriormente el año 440, el papa León Magno estableció esta fecha para la conmemoración de la Natividad casi un siglo más tarde, en 529 el emperador Justiniano la declara oficialmente festividad del Imperio.

La Sagrada Escritura solo señala que la muerte de Cristo se produjo durante la Pascua judía. Por otro lado, la primera representación del Belén, que escenificaba el nacimiento de Cristo, la realizó San Francisco de Asís en la Nochebuena de 1223, en una cueva próxima a la ermita de Greccio, en Italia.

La Navidad

Cuenta la historia que en un humilde pesebre en la ciudad de Belén en Judea, un 25  de diciembre  de hace miles de años nació un niño llamado Jesús, que vendría al mundo  a darnos  salvación eterna. Su nacimiento fue un acontecimiento tan especial y único que de Oriente vinieron  Tres Reyes Magos , Melchor, Gaspar y Baltazar, cargados de Oro, Inciensos y Mirra, como ofrendas para el nuevo Rey, que había nacido ya, guiados a través del desierto por una reluciente estrella que los condujo durante varias noches y días al portal de Belén. Es  aquí donde empieza  el verdadero origen de la Navidad.

La Navidad es una de las celebraciones más importantes en todo el mundo. Un  hito importante para la humanidad, al final de un año, tiempo de regalos, festejos, reuniones familiares y –para los cristianos practicantes- una emotiva fiesta de fervor religioso.

Aunque la Navidad es actualmente época de regalos, de celebraciones y reuniones familiares, lo cierto es que su origen responde en realidad a otros factores históricos que involucran al poderoso Imperio Romano, a ritos paganos que poco tienen que ver con el hecho histórico que conmemoran: el nacimiento del niño Jesús.

Si bien se sabe que el 25 de diciembre se conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret, pero la verdad es que se desconoce la fecha exacta de este hecho histórico. El análisis de ciertos fragmentos de los evangelios, así como de otros documentos de aquella época, han permitido a los historiadores realizar diferentes hipótesis sobre el nacimiento de Jesucristo. Algunos hablan de abril o mayo, mientras que otros concluyen que fue en septiembre u octubre.

¿Por qué se celebra el 25 de diciembre?

La explicación más consistente de los historiadores es que el origen de la Navidad estuvo relacionado con una serie de decisiones tomadas por los altos mandos de la iglesia cristiana en los siglos III y IV. Entre ellas, se considera como la más determinante, la moción del papa Julio I en 350 para establecer la Navidad el 25 de diciembre. Esto fue decretado 4 años después por el papa Liberio.

NAVIDAD
 

El papa de Roma solía celebrar tres misas de Navidad. La primera era hacia la medianoche en la Basílica de Santa María la Mayor, donde según la tradición, se encuentran las reliquias del pesebre en el que fue depositado el Niño Jesús. El Sumo Pontífice celebraba, además, la misa para la comunidad griega de Roma en la Basílica de Santa Anastasia, quizás en recuerdo de la Anastasis o la Resurrección; que se denomina Misa de la Aurora. La tercera misa era, finalmente, la conocida como “diurna”, que el papa celebraba en la Basílica de San Pedro, que se encontraba fuera de las murallas romanas, para quien vivía a las afueras, esencialmente la población rural.

 El viejito pascuero

Santa Claus o Papa Noel, estos son  algunos de los nombres con los que se conoce universalmente al personaje legendario que según la cultura occidental trae regalos a los niños por Navidad (la noche del 24 al 25 de diciembre).

Se trata de un personaje basado en la figura del obispo cristiano de origen griego Nicolás de Bari, que vivió en el siglo IV en Anatolia, en los valles de Licia (en la actual Turquía). Era una de las personas más veneradas por los cristianos de la Edad Media, del que aún hoy se conservan sus reliquias en la basílica de San Nicolás de Bari, Italia.

Se estima que Nicolás de Bari nació cerca del año 280 en Mira, una ciudad del Distrito de Licia, en la actual Turquía.

Era hijo de una familia acomodada y creció bajo los tirantes deseos de sus padres. Su padre deseaba que siguiera sus pasos comerciales en el Mar Adriático, mientras que su madre pretendía que fuera sacerdote como su tío, el obispo de Mira (antigua ciudad licia de la Anatolia Egea, actualmente Turquía).

La peste solucionó su dilema, al llevarse a sus padres, mientras trataban de ayudar a los enfermos de su ciudad. El muchacho, conmovido por la desgraciada situación de su gente ante semejante enfermedad, repartió sus bienes entre los necesitados y partió hacia Mira para vivir con su tío y ordenarse sacerdote, cosa que logró a los 19 años. Más tarde, al morir su tío fue elegido para reemplazarlo como obispo.

De él se cuentan cientos de historias, especialmente narrando sus milagros y sus bondades para con la gente pobre. Tal fue la admiración que sintieron por él que se convirtió en santo patrón de Grecia, Turquía, Rusia y Lorena (Francia).

Su mítica fama de repartidor de obsequios se basa en otra historia, que cuenta que un empobrecido hombre padre de tres hijas no podía casarlas por no tener la dote necesaria. Al carecer las muchachas de la dote, parecían condenadas a ser “solteronas”. Enterado de esto, Nicolás le entregó, al obtener la edad de casarse, una bolsa llena de monedas de oro a cada una de ellas. Se cuenta que todo esto fue hecho en secreto por el sacerdote, quien entraba por una ventana y ponía la bolsa de oro dentro de los calcetines de las niñas, que colgaban sobre la chimenea.

La historia actual cuenta que Santa Claus viviría en las proximidades del Polo Norte junto a la Señora Claus y una gran cantidad de duendes navideños, que le ayudan en la fabricación de los juguetes y otros regalos que le piden los niños a través de cartas.

Para poder transportar los regalos, Papá Noel los guardaría en un saco mágico y los repartiría a las 00:00h del día 25 de diciembre, en un trineo mágico volador, tirado por “renos navideños”, dirigidos por Rodolfo (Rudolph), un reno que ilumina el camino con su nariz roja, brillante y potente.

Santa Claus podría entrar en los hogares de los niños por la chimenea u otro orificio de las casas, si estas no disponen de una.

Para saber qué niños merecen regalos, Santa Claus dispondría de un telescopio capaz de ver a todos los niños del mundo, además de la ayuda de otros seres mágicos que vigilarían el comportamiento de los niños.

El libro de Charles Dickens “Un cuento de Navidad”, publicado en 1843, desempeñó un importante papel en la reinvención de la fiesta de Navidad, haciendo hincapié en la familia, la buena voluntad, la compasión y la celebración familiar.

Los reyes magos

En el Evangelio de Mateo se cuenta que “Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle”.

Según dicen los historiadores eran  hombres sabios que vinieron del Este, lo cual puede ser una referencia a Arabia, Mesopotamia o algún lugar más al este de Palestina. Los expertos afirman que el hecho de que fueran guiados por una estrella, sugiere que fueron instruidos en astrología o en la ciencia de la navegación y en el cálculo del tiempo por medio de las configuraciones estelares.

REYES MAGOS
 

Los magos aparecen, en su primera época, como una casta sacerdotal de Media y Persia. Además se dedicaban al estudio de la sabiduría. Fue el escritor y teólogo del siglo III Orígenes, uno de los tres pilares de la teología cristiana, quien propuso por primera vez que fueran tres magos en razón de los tres dones ofrecidos al niño. En el arte los comenzaron a presentar como reyes desde el siglo VIII, mientras que en las pinturas de las catacumbas de Santa Priscila, desde comienzos del siglo II, los representa solo como nobles persas. A partir del siglo VIII, los Reyes Magos recibirán nombres, con algunas variaciones. Los primeros fueron Bithisarea, Melchior y Gathaspa. Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltazar se los da, en el siglo IX, el historiador Agnello, en su obra “Pontificalis Ecclesiae Ravennatis”. Ya en la Edad Media fueron incluso venerados como santos.

El árbol tradicional

La tradición del árbol de Navidad tiene raíces germánicas, pero son diversos los orígenes que se le atribuyen.

Algunos historiadores ubican bases iniciales del árbol de Navidad entre los años 680 y el 754, cuando San Bonifacio -quien daba un sermón a druidas- cortó un árbol que simbolizaba el denominado árbol del Universo, sagrado por los paganos, y en su lugar plantó un abeto que adornó con manzanas y velas como símbolo del amor de Dios.

Entre las diferentes versiones, otros apuntan a que fue en el siglo XVI cuando los cristianos en Alemania comenzaron a decorar árboles con luces en sus casas y que el reformador Martín Lutero fue el primero en poner en su hogar un árbol de Navidad.

Hay diferentes versiones acerca del origen del pino que llenamos de esferas, moños, estrellas y luces. Una sostiene que la tradición surgió en el norte de Europa, específicamente en Alemania en la primera mitad del siglo VIII. Según la leyenda, en la región de Hesse, había un roble consagrado a una de las deidades germánicas más importantes: Thor. Estos pueblos alemanes acostumbraban ofrecerle algún sacrificio cada solsticio de invierno. El fin de esta práctica era asegurar el regreso del sol y de la vegetación.

La tradición cambió con la llegada de San Bonifacio, un misionero inglés que había sido enviado por la Iglesia para evangelizar a los pueblos europeos. Cuando San Bonifacio llegó al lugar, decidió talar el roble y explicarles que no tenían que adorar a “dioses paganos”. Como símbolo de paz les ofreció un abeto, pues para él, este era la representación de la vida eterna porque sus hojas siempre están verdes y su copa siempre señala al cielo. Desde ese momento lo bautizó como “el abeto del niño Jesús”.

Este árbol fue adornado por manzanas, que representaban al pecado original y por velas, las cuales significaban la luz de Dios sobre los pecados.

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