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Alejandro Tudela Chopitea

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Los diarios desencuentros y dimes y diretes entre el Ejecutivo y el Congreso –en especial con la oposición fujiaprista y adláteres–, en torno a la indispensable reforma política hastía y, lo peor, es que ninguno de los poderes tiene totalmente la razón y la crispación que provoca la está pagando el país.

La controvertida Comisión de Constitución del Congreso ha mandado al archivo el proyecto de reforma constitucional de la Inmunidad Parlamentaria presentada por el Ejecutivo y se armó el despelote. A ojos vistas, de poco ha servido la sentada entre el primer mandatario y voceros de los grupos parlamentarios.

En momentos en que hay pocos motivos para celebrar en el país, valen unos renglones sobre lo que hace un par de años parecía una utopía y hasta un fiasco financiero y ahora es una realidad.

El caso del excongresista Donayre –y todavía prófugo al pergeñar estos renglones– encierra una bochornosa paradoja. Contra viento y marea el grupo mayoritario del Congreso obstruyó el levantamiento de su inmunidad requerida por la Corte Suprema para que cumpla la condena impuesta y cuando al final el Pleno aprobó desaforarlo el vacado parlamentario se hizo humo.

Un amigo extranjero quedó sorprendido por el pedido fiscal de prisión preventiva por 36 meses contra el expresidente PPK. No comprendía cómo una persona mayor de 80 años y que padece cardiopatía severa por la que se encuentra internado en una clínica podía representar tal peligro procesal.

El suicidio del expresidente García ha conmovido al país y, como es evidente, la fatal noticia ha dado la vuelta al mundo. La determinación de matarse, por las causas que fueren, inevitablemente, conmueve, consterna, conduele o remece de otro modo según la opinión que se tenga del fallecido.

Por diferencia de unos días, mientras el expresidente PPK ha terminado en el edificio de la Prefectura donde cumple detención preliminar por un mandato judicial arbitrario, poco después una Sala de la Corte Suprema de Justicia ha expedido ejecutoria en la que decide el criterio para dictar prisión preventiva que, de haberla conocido el cuestionable magistrado carcelero, jamás se habría atrevido

Los últimos días han sido poco felices –por decir algo–.

Mañana debe presentarse el flamante Consejo de Ministros ante el Congreso para obtener el voto de confianza y, al pergeñar estos renglones, el clima aunque ha mejorado no es el mejor.

La interpelación congresal a que fue sometido el ministro de Justicia deja varias conclusiones.

Nadie discute que la República Popular China (RPCH) es hoy una superpotencia y, si no es la primera en el mundo detrás de EE.UU., se acerca cada vez más a disputarle el sitial.

Al publicarse estos renglones es más que probable que ya tendremos nuevo Consejo de Ministros encabezado por Salvador del Solar y de cuya composición final apenas sabemos. Empero, la renuncia del premier Villanueva a menos de un año de gestión deja algunas lecciones que ojalá el Presidente de la República aproveche.

La polémica armada en torno al reciente viaje al extranjero del Presidente de la República y su apresurado retorno, da tela para cortar.

Las revelaciones que llegan a diario desde Curitiba sobre las megaoperaciones corruptas de Odebrecht (OD) en el Perú, adelantan, por lo menos, dos cosas: que los interrogatorios y testimonios de los “colaboradores” de OD podrán permitir abrir la caja de Pandora no solo de cuatro de los proyectos y obras conocidas sino de todos los demás en los que el Equipo Especial Fiscal determine indicios de

Según las encuestas, 7 de 10 ciudadanos –si no más– hartos del evidente otoronguismo opinan a favor de que se suprima la inmunidad parlamentaria de proceso y de arresto que protege a los padres y madres de la patria.

Todos los años es lo mismo –o casi–, ya que la temporada de lluvias durante el primer trimestre de cada año puede ser más o menos destructiva, pero, difícilmente, dejarán de ser desastres naturales donde la mano del hombre –antrópico le dicen– contribuye a la catástrofe.

Pocos como este padre de la patria han “merecido” ríos de tinta y estamos seguros de que correrán muchos más. Y no por buenos motivos.

Se suponía que era un documento confidencial y a eso se obligaron los firmantes por el Ministerio Público (MP), la Procuraduría Pública y la corrupta Odebrecht (OD). Pero se filtró a la prensa y en su difusión hay que destacar el rol cumplido por EXPRESO.

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