La mediación de De Soto en el paro a pedido de los transportistas ha obligado al gobierno a rebajar los precios de los combustibles mucho más de lo que venía regateando. Y ha puesto en evidencia al oligopio público-privado escondido tras el alza brutal de los últimos tres años.
Jorge Morelli
La economía social de mercado es el modelo que la Constitución eligió. En ella, el papel de los organismos reguladores es proteger a la libre competencia en el mercado y cuidar a la sociedad del abuso de las empresas.
Gane quien gane las elecciones, vamos a un gobierno débil sin mayoría parlamentaria propia en un Congreso atomizado. O sea, más de lo mismo.
Los peruanos indiferentes, desencantados e indignados que componen la mitad del electorado y no quieren votar, lo harán en blanco o viciarán su voto, están ciegos de ira y no saben que existe un camino para salir de este pantano.
Lescano ha salido del bolsón de los demagogos y se ha radicalizado. Lo que quiere es desplazar a Verónika del extremismo de izquierda radical para ocupar su lugar. Desde su punto de vista, la jugada es un acierto. Verónika ha decidido representar el papel de la monja en campaña, y Lescano puede tener éxito y pasar a la segunda vuelta.
Dos de las tres hermanas publicaron esta semana sus encuestas, como es usual arrojaron resultados similares. Lescano aparece en ambas en segundo lugar.
¿Cuánto vale la tierra sobre los recursos naturales del planeta? El poseedor informal no lo sabe. Tampoco la empresa que llega con su concesión bajo el brazo a comprar la tierras. Y menos lo sabe el Estado. Los tres fracasan en negociar una solución eficaz.
No hace falta cambiar la Constitución porque la falla no está ahí. La falla está en la mala regulacion del mercado por el Estado. Es decir, en la falta de competencia en un mercado libre. Corregir esa falla es cuestión de reglas claras y simples. No es una falla constitucional.
El plan de Fidel siempre fue apoderarse del petróleo de Venezuela. Le fue imposible durante 35 años hasta que logró usar al chavismo para conseguirlo.
Hoy el eje La Habana-Caracas ve con desesperación que el petróleo no será ya en el siglo XXI la herramienta política que fue en el siglo XX.
En la recta final de la primera vuelta de las elecciones de 2016, el proceso fue el siguiente: el crecimiento sorpresivo de Verónika al segundo lugar (al final quedaría tercera con 18.74% detrás de PPK con 21.05%) asustó al electorado y activó el antiizquierdismo.
El cuco de turno en esta elección es Verónika Mendoza. La estrategia es levantarla para espantar al electorado y definir una segunda vuelta entre ella y el elegido, donde este sea el mal menor.
Revisemos. Ya está claro que la estrategia de los financistas de esta operación ha relegado al Morado, a Urresti y a Salaverry, y parece haber elegido a Forsyth.
Los motivos de la Sunat para obligar a los bancos a informar de las cuentas de los ciudadanos mayores de diez mil soles no son sino los del estatismo.
El Congreso aprobó finalmente la ley que ocupará el lugar de la derogada ley de Promoción Agraria. Y, como era de suponer, produjo un parto de los montes. El Congreso no ha resuelto nada, lo que ha producido no ha contentado a nadie.
En las empresas grandes de la agroindustria de exportación el 95% de los trabajadores son obreros agrícolas formales. Es en las medianas y pequeñas empresas donde el 50% de los trabajadores es informal.
Martín Vizcarra tenía hasta cuatro caballos en la carrera, entre los cuales podía elegir uno para ayudarlo a ganar. El modo de hacerlo desde el gobierno es archiconocido: portátiles, ómnibus, camionetas 4x4, información de sondeos electorales y temas locales políticamente rentables. Todo fina cortesía de los contribuyentes.
Es acuciante la pregunta sobre qué es exactamente lo que estamos viviendo.
Tácita y casi unánimemente, damos por hecho que se trata de una especie de mala copia de la revolución bolchevique de hace un siglo en Rusia –Sagasti es el Kerensky-. Y vemos que el Congreso vaca la Presidencia como cortaba cabezas la Revolución Francesa.
Hemos visto al Congreso vacar la Presidencia dos veces en este quinquenio. Y aprobar luego la devolución a los pensionistas de 16 mil millones de soles que no existen. Y derogar al día siguiente la ley que hizo posible el éxito mundial del Perú en la agroexportación.
La izquierda ha llegado al gobierno, pero no al poder. Carece de legitimidad de origen. No está en el gobierno por el voto del pueblo. La marcha que la colocó en el gobierno no la legitima.