ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Luis García Miró Elguera

Imagen
Luis García Miró Elguera

El revoltoso Aníbal Torres Vásquez, amable lector, es un sujeto que se paseó por todo el Perú malversando dinero fiscal para soliviantar a las poblaciones en cada una de las ciudades que visitaba, incitandoles -con arengas incendiarias- a que se preparen para alzarse en armas (piedras, huaracas, bombas Molotov, etc.) si el Congreso se atrevía a vacar al golpista, híper corrupto Pedro Castillo.<

El Congreso, más propiamente este Congreso, viene desempeñando una tarea de lástima en todo orden de ideas. Salvo ciertos aspectos trascendentes, como fue aprobar pronta, diligentemente la denuncia de la Fiscal de la Nación contra el golpista, cleptómano y corrupto Pedro Castillo transformándola en Acusación Constitucional ante el Poder Judicial.

El periodista Beto Ortiz nos recuerda que un hermano de Rubén Vargas, exministro de Interior de Francisco Sagasti, estuvo denunciado por “pertenecer a sendero luminoso”.

En política, todo es posible. ¡Incluso que gobierne quien perdió las elecciones!

El sábado ocurrió un ataque de Sendero Luminoso contra la Policía Nacional, con el resultado de siete servidores del Estado, miembros de la PNP, muertos y cruelmente rematados por integrantes del “partido comunista del Perú sendero luminoso”.

Según The Economist, la democracia peruana ha pasado de imperfecta a convertirse en un “régimen híbrido”. En realidad, la democracia peruana soporta un irrefrenable proceso autodestructivo, consecuencia de haber extralimitado sus márgenes conceptuales vencida por el cretinismo impuesto desde finales del siglo pasado por la cultura caviar.

Isabel Cortez, aspirante a la segunda vicepresidencia del Congreso, opera en contra del Poder Legislativo al que debería servir. ¡Porque para eso le pagamos un sueldo que jamás alucinó percibir!

La cantaleta del “adelanto de elecciones” busca la claudicación de las fuerzas políticas democráticas, frente al avance totalitario del comunismo en todas sus vertientes. ¡Desde la caviar a la marxista!

La sociedad peruana atraviesa un episodio autodestructivo, aparentemente sin visos de solución en el corto; inclusive el mediano plazo. El Perú se bambolea envuelto en una coyuntura caótica zarandeado por las turbas. Las violentísimas turbas, manipuladas por operadores extranjeros especializados en subvertir el orden, aplicando metodología terrorista con evidente éxito.

Pocos comprenden -o se rehúsan a hacerlo- que el Perú está luchando contra un peligrosísimo poderío exógeno comunista, que hace ya décadas conduce adelante un plan preestablecido para capturar Latinoamérica. Este plan procura convertir a Rusia en eje hegemónico local, con fuerza suficiente para servir de alternativa política a los Estados Unidos.

A Oswaldo de Rivero, ex embajador peruano en Washington, antes en la ONU -originalmente servidor de la dictadura de Velasco Alvarado- lo designó embajador en la ONU el delincuente Castillo.

Según la sinopsis de la izquierda sudaca, tras al triunfo amañado de Castillo en las elecciones de 2021 la “inmensa mayoría” de peruanos despertó de un sueño sublime, que le hizo comprender que durante décadas su país ha sido conducido canallescamente por malos gobernantes. Lo raro del sueño es que, según esas izquierdas, esta percepción la tiene “casi la totalidad de los pobladores”.

Una cuestión previa, amable lector.

Una señal de esperanza para nuestra desamparada sociedad -gobernada hace una década por sujetos desalmados y sin doctrina; basados en la corrupción en connivencia con grupúsculos ideológicos guiados por el odio, engaño, chantaje la violencia y venganza, como los miserables caviares- es que el APRA vuelva a la vida política.

Una golondrina no hace verano. Este proverbio calza justamente con lo que la opinión pública percibe de la correcta Fiscal de la Nación, Patricia Benavides.

“La turbulencia política está destruyendo al Perú. A diferencia de Chile (2019), Ecuador y Colombia (2021), el amotinamiento en Perú ha sido especialmente violento, sedicioso y peligroso (…) Lo que ahí está en juego es si la democracia puede sobrevivir. La sociedad se ha polarizado tanto que algunos peruanos ya hablan de una inminente guerra civil, por inverosímil que parezca.

Recientemente, la presidente Boluarte declaraba estas perlas a un diario local: “La izquierda con sus votos vacó a Castillo (…) a ellos él tendría que llamarlos traidores, no a Dina Boluarte (…) Me da la impresión de que el presidente dio el golpe de Estado porque no quería quedarse solo cinco años sino más (…) hay una fuerza paramilitar que está generando esa violencia (…) son aquellos ex pres

¡Le salió el cobre a Dina Boluarte! Atrás quedó aquel relumbrón democrático y buenista con el que ella pretendió engatusar a los peruanos, tras la renuncia de “mi amigo, Pedro Castillo”, como calificase al corrupto, golpista e instigador de una sublevación pagada que ensangrienta al país. Castillo sigue recluido en un penal, por violar la Constitución.

PUBLICIDAD