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Luis García Miró Elguera

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Luis García Miró Elguera

Subsidiar el gas doméstico (GLP), la electricidad, los pasajes urbanos, entregar un bono alimenticio y otros dispendios, financiándolos con recursos inorgánicos que serían emitidos sin el menor respaldo presupuestal -vale decir, a cuenta de un nuevo forado fiscal, que se sumaría a aquellos miles de millones de soles y dólares emitidos sin fondos por los regímenes gemelos de Vizcarra/Sagasti- es

Una vez más, acaso la última oportunidad, la derecha peruana está fracasando como corriente política. Envuelta en el enredo de la petulancia, superficialidad y nadería que le caracteriza, el pasado lunes decidió suicidarse cual escorpión.

Una vez más, acaso la última oportunidad, la derecha peruana está fracasando como corriente política. Envuelta en el enredo de la petulancia, superficialidad y nadería que le caracteriza, el pasado lunes decidió suicidarse cual escorpión.

La bola de nieve es imparable. La Fiscalía de la Nación acaba de incorporar a dos figuritas más al panel que describe cómo se conforma la organización criminal que lideraría el jefe del Estado, Pedro Castillo Terrones. Se trata nada menos que del primer ministro Aníbal Torres Vásquez y del ministro de Justicia Félix Chero.

El triunfo del NO en Chile es un punto de quiebre para la avalancha roja que, tras la muerte del tirano asesino Fidel Castro, desataran Cuba y Venezuela a través del Grupo el Pueblo y el Foro de Sao Paulo. ¿El propósito? Impulsar que el neo comunismo se haga del subcontinente latinoamericano.

O hay una tara recóndita en el ADN del peruano -que no le permite desarrollar su seso lo suficiente como para ponderar las cosas en su auténtica dimensión-; o esta sociedad está dominada por una conducta acomplejada que le impide ejercer la política en su verdadera dimensión. ¡O ambas taras! Analicemos lo que quizá constituya el meollo del problema bicentenario que arrastra nuestro país.

César Acuña Perales es un político cunda, capaz de privilegiar su monumental ego que, largamente, sobrepasa su ya baja estatura. Ha traicionado a su patria, en el preciso instante en que se debate el destino de los peruanos para seguir perseverando por vivir en un país democrático.

No hay otra salida constitucional para el Perú que vacar, suspender, denunciar o lo que fuere a Pedro Castillo. El clan comunista que este encabeza, sobrevive concentrado en dirigir una presunta organización criminal que integrarían sus familiares más unos cuantos compinches incondicionales dedicados a robarle a manos anchas al Estado.

Hay que reconocerle al periodista mexicano, Fernando del Rincón, la habilidad de haber sabido seducir a un sujeto primitivo como Pedro Castillo, planteándole realizar una entrevista para la CNN. ¡El chotano se sintió importante! “Me van a ver en todo el mundo. Soy una persona notable”, alucinó. ¡Y pisaría el palito!

Conversando con un recorrido político, convinimos en que la actual coyuntura del Perú es absolutamente esquizofrénica y que, aplicando la lógica, el sentido común, la ley y la Constitución, la crisis sociopolítica-económica es irresoluble.

Una vez sorprendidos con las manos en la masa, los delincuentes (como sería el caso del aún presidente Castillo) intentarán defenderse apelando a hacer lo que mejor saben: delinquir.

Siete ministros del Interior y cinco comandantes generales de la Policía Nacional en el lapso de un año. Récord planetario. Y además, palmaria demostración de la ineptitud de Pedro Castillo para seleccionar a las personas a quienes ha encomendado no solo ésta, sino todas las carteras ministeriales, incluida la PCM.

Desde hace un año Castillo gobierna para sí mismo. Con mayor ímpetu, en este último semestre. Junto con su pintoresco abogado, tejen telarañas de estorbos a la Justicia, con el propósito de alargar la condena judicial y, consecuentemente, su ingreso a la cárcel.

Es anormal y tóxico vivir alucinando que “algo bueno va a suceder” y/o que “alguien va a hacer algo” para que Pedro Castillo -jefe de Estado y, simultáneamente, la cabeza de una organización criminal, como presume que es el Ministerio Público- deje de ser presidente de la República. En política así no operan las cosas, amable lector. Muy por el contrario.

El operador internacional de la izquierda caviar para Perú continúa siendo Diego Garcia Sayán. Actúa como cualquier funcionario apátrida. Se debe a -y está a órdenes de- la ONU y de la CIDH. El Perú es fuente de importantes ingresos para él. Su posicionamiento internacional depende de cuantas potenciales víctimas identifique. No pesa el interés nacional.

¡Qué vergüenza! El cardenal Pedro Barreto no solo ha sido ignorado. Más bien ha sido puesto en ridículo.

Nadie repondrá el costo de la descomunal pérdida de valor de la propiedad inmobiliaria, de la industrial, de la minera, del comercio que han sufrido los peruanos.

Desde hace un año este país se desangra víctima de una brutal hemorragia producida, a su vez, por el desgobierno y por el populismo a tope, implantado por una organización criminal que, de acuerdo a la Fiscalía de la Nación, presidiría el impresentable Pedro Castillo. Hemos alcanzado estratos de confrontación social nunca vistos en nuestra patria.

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