Un informe publicado ayer por EXPRESO revela no sólo la magnitud de las cifras que hay detrás de los actos de corrupción perpetrados desde 2020 a la fecha. Igualmente confirma que, en lugar de haber amainado o estar camino a extinguirse esa costumbre -que hizo crisis con el caso Lava Jato- las autoridades siguen alentando y disfrutando de esta inmoralidad que merma y daña el Estado peruano.
Luis García Miró Elguera
Si este país sucumbe por el estado catatónico en que se encuentra, es culpa exclusiva de un proceso electoral que, obviamente, nunca respondió a la voluntad ciudadana.
El Congreso necesita poner orden en la estructura de la Policía Nacional. Esta fuerza del Estado puede alcanzar extremos.
¿Adónde quedó esa estridente, insaciable “capacidad de indignarse ante el abuso del poder” que exhibiera la progresía caviar, cuando concentraba su misión existencial en vacar a Fujimori a fines del siglo pasado?
Mariano González, ministro del Interior, anuncia que pedirá al Congreso la delegación de facultades extraordinarias al régimen comunista/analfabeto de Pedro Castillo para que “legisle sobre seguridad ciudadana y crimen organizado”. Vayamos por partes. Respecto a la inseguridad ciudadana, queda claro que Castillo ha abandonado su rol como jefe de la FFAA y PNP.
La Fiscalía de la Nación le ha reconocido la condición de “Colaborador Eficaz” a Zamir Villaverde, un individuo ladino que sembró y consolidó amistad pre y postelectoral con Pedro Castillo y su entorno cercano.
El ministro del Interior se presentó ante la comisión de Seguridad Ciudadana del Congreso, donde fue convocado para que explique el secuestro ocurrido la semana pasada en Chota, Cajamarca, a un equipo de periodistas. Reiteró que, a su criterio, sí hubo secuestro: aunque insistió en que “las autoridades tendrán que confirmarlo”.
La semana pasada, la noticia fue que el aún presidente Castillo habría destacado a un equipo de “técnicos” gubernamentales para que preparen el proyecto de un aeropuerto nuevo en “su” ciudad natal, Chota, apenas a 60 kilómetros de Cajamarca, adonde ya existe un terminal aéreo.
Reprochable la inconducta de los ministros Contralmirante (r) Gavidia de Defensa (cuarto de este gobierno), y González del Interior (sexto de este gobierno), cómplices del proyecto totalitario del régimen que preside Castillo. Ayer, tres días después que el premier Torres atacara a las FFAA y la PNP, Defensa emitía un tibio comunicado pidiendo nadie sabe qué.
El miércoles unos “ronderos” secuestraron al periodista Eduardo Quispe y a su equipo de prensa de canal 4, para advertirles que la próxima ocasión que desinformen sobre el gobierno asumirán las consecuencias.
Ojalá que el Legislativo mantenga abierto y activo el archivo que registra el rosario de delitos en que vienen incurriendo Pedro Castillo, sus familiares y allegados, desde que resultase electo presidente en circunstancias que jamás han sido aclaradas por este cuestionado jurado electoral. ¡Desde su origen, la presidencia de Castillo está sellada por la corruptela. Recordemos!
A qué grado de corrupción habrá llegado el presidente Pedro Castillo, su propia familia (incluyendo esposa, hijastra, sobrinos, etc.) y su personal de confianza (ex secretario de Palacio, ministros, etc.), que la Fiscalía de la Nación ya ha realizado una decena de visitas a la sede del gobierno central; inclusive ha entrado a inspeccionar la mismísima residencia presidencial, sin que semejante
El Perú podría estar en víspera de una convulsión social de proporciones tectónicas. La coyuntura sociopolítica y económica no da para más. La ciudadanía está hastiada de este “gobernante” analfabeto, rodeado de mega corrupción. No sólo es él, sino sus compinches fugados: el ex secretario Pacheco, los sobrinísimos Fray y Gian Marco, el ex ministro Silva, etc.
Sigue corriendo el tiempo; continúa destruyéndose el aparato estatal; sigue creciendo el hambre; prosigue multiplicándose la inseguridad ciudadana; siguen prófugos todos los amiguetes de Castillo; continúa avanzando la investigación del Fiscal de la Nación al imputado por corrupción Pedro Castillo Terrones; permanece pegado en la pared el impresentable gabinete ministerial que acompaña a Castil
La corrupción sólo empezará a amainar cuando las autoridades del poder Judicial, la Fiscalía de la Nación y la Policía Nacional resuelvan limpiar la casa, desvinculándose en todo orden de cosas del poder político, principalísima fuente de la podredumbre en connivencia con malos empresarios y profesionales del sector privado.
El daño infligido al Perú por el régimen comunista/senderista que aún encabeza Pedro Castillo no solo queda en el plano moral. En materia socioeconómica, sus efectos son siderales.
El informe final de la Comisión de Fiscalización y Contraloría del Congreso recomienda acusar constitucionalmente al aún presidente Pedro Castillo por “coordinar los direccionamientos” y los resultados de las licitaciones llevadas a cabo por el Ministertio de Transportes, en coordinación con Juan Silva, ex ministro de dicho sector; Bruno Pacheco, ex secretario general de palacio de gobierno; co