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Luis García Miró Elguera

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Luis García Miró Elguera

País de desmemoriadas gentes el nuestro; débiles de carácter y fáciles de manipular por la inmundicia de quienes fungen de dirigentes políticos, y la sinvergüencería de una prensa arrodillada delante al poder político/económico.

El Congreso de la Nación refleja la personificación directa del ciudadano. Muy superior al rango de delegación popular que tiene la presidencia de la República, pues expresa la voluntad directa de cada región del país.

¿Con qué derecho insisten los adulones de Castillo –incluyendo muy particularmente a la progresía caviar- en que permanezca como jefe del Estado tamaño mequetrefe que preside en los actuales momentos el Perú, cuando es obvio que Castillo blinda a una mafia corrupta que le ayuda en su asalto al país; no sólo para continuar robándole a usted, amable lector, sino para seguir transformándonos en Es

Vladimir Cerrón, recalcitrante marxista forjado durante 16 largos años en las canteras comunistas cubanas, y presidente (propietario) del partido Perú Libre, tramó el fraude electoral para colocar en la jefatura del Estado a Pedro Castillo, profesor improvisado en menesteres de estadista.

Indigna el mutismo cómplice del poder Judicial, tras las justas críticas que ha recibido al revelarse la semana pasada el fallo promulgado a iniciativa del hiper polémico “juez” César San Martín, legitimando –de pies a cabeza- a la corrupta/corruptora Odebrecht. San Martín legaliza a Odebrecht disponiendo que vuelva a trabajar para el Estado.

El Ministerio Público abrió investigación preliminar al aún presidente Pedro Castillo por presuntamente “liderar una organización criminal para estafar al Estado”.

Vaya un consejo para los organizadores de las marchas de protesta semanales contra este operativo comunista que aún encabeza Pedro Castillo Terrones: ¡¡Cambien su estrategia!! ¡Lo que están haciendo es dividir a la oposición! ¡No admitan divisiones en sus marchas!

La mal llamada “gran prensa” peruana no es otra cosa que la gran maquinaria del comunismo criollo, disfrazada de periodismo libertario. Aquella “tradición” le viene de muy antaño. El Comercio, por ejemplo, fue gran impulsor del golpe de Estado pro cubano liderado por Velasco.

El Fiscal de la Nación Pablo Sánchez tiene dos problemas por resolver. El primero es concluir la investigación que ha dispuesto contra al mandatario Castillo, por grandes evidencias de corrupción. El segundo es dar cuenta del escándalo que implica seguir escondiendo, más tiempo, el infamante pacto secreto suscrito por el Ministerio Público con la corruptora Odebrecht.

Retrocediendo en el tiempo queda claro que la sociedad peruana de los años ochenta, noventa -y ya entrado el tercer milenio- ha estado no sólo desfasada, desinformada y en gran medida engañada; sino fundamentalmente idiotizada por las tendencias que le insinuaba una banda de aprovechadores comunistas, dedicados a beneficiarse de las carencias educativas, intelectuales y cognitivas de nuevas, ca

No hay que entusiasmarse por la decisión del fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, de “ampliar las diligencias preliminares de investigación (…) a efectos de comprender a José Pedro Castillo Terrones en su condición de presidente de la República, por la presunta comisión de delito de Organización Criminal, tipificado en el artículo 317 del Código Penal, Tráfico de Influencia Agravado tipificado e

¡Zafarrancho de combate! ¡El poder Ejecutivo se declara en rebeldía contra la Fiscalía de la Nación! Y por extensión, contra el sistema Judicial. El Legislativo alista medidas contra Castillo a través de la subcomisión de Acusaciones Constitucionales. ¡Castillo y su camorra están asustados, perdidos, puestos contra las cuerdas por el largo, lento brazo de la Justicia!

La borrachera de corrupción en que se encuentra Pedro Castillo Terrones ha inducido al Perú a tal grado de degradación de sus valores morales, que pasarán muchos años antes de que el ciudadano recobre un mínimo decoro. A su vez, esta descomposición impulsa la degeneración del Estado, afectándole la vida a 32 millones de peruanos a través de la destrucción de su economía.

Puesto contra las cuerdas –todo indica que ante la inminente difusión de informes que le involucrarían seriamente- el aún todopoderoso Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, anunciaba la mañana de ayer la ampliación de la “investigación preliminar contra el presidente Pedro Castillo, por la presunta comisión de delitos de organización criminal, tráfico de influencias agravado y colusión agravada.”

Esta es la nación de los falsos valores. Desde la segunda mitad del siglo pasado -pero con muchísima mayor intensidad a partir del presente milenio- el exhibicionismo de los falsarios es realmente procaz.

El plagiario Pedro Castillo, presidente nominal de la República, está investigado por corrupto por la Fiscalía de la Nación; la esposa del mandatario también es investigada por el Ministerio Público; Vladimir Cerrón, presidente de facto del país, está libre pese a haber sido condenado por corrupción y goza de libertad provisional, aunque ayer su vivienda fue allanada por la Fiscalía en medio de

Pareciera ya ser un hecho que la historia de Venezuela se repetirá tal cual en nuestro país. Como zombis, vamos mudos directo al matadero sabiendo perfectamente lo que nos espera. Sólo una parte de la sociedad, consciente de lo que viene ocurriendo a partir del dudoso triunfo electoral del comunismo en primera vuelta, protesta con toda firmeza y transmite sus razones mañana, tarde y noche.

Qué miseria de país el que tenemos, rindiéndose de manera canalla ante un régimen -tan corrompido y corrompedor- como el que preside un neófito que, encima, funge de profesor de primaria.

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