Con la desgraciada muerte –inducida por algunos fiscales y por una prensa miserable- de Alan García, y el posterior fallecimiento -a sus 102 años de edad- de Luis Bedoya Reyes, desaparecía del escenario peruano la figura del político estadista. Alan fue dos veces presidente de la República, en circunstancias diametralmente opuestas.
Luis García Miró Elguera
Sigue desfilando la recua de personajes de ínfima categoría que acaban investidos de ministros por un neófito integral, como es Pedro Castillo.
En medio del caos socioeconómico/político que asfixia al Perú -y haciendo caso omiso a la crisis económica internacional que amenaza generar uno de los peores desastres alimentarios mundiales de las últimas décadas- el régimen comunista que lidera Pedro Castillo profundiza la catástrofe, agudizando los serísimos problemas nacionales para responsabilizar a la Constitución de 1993 de todos los ma
Mientras lee usted este comentario, amable lector, probablemente esté siendo víctima de alguna estafa, una suplantación de su patrimonio, alguna extorsión, etc., por culpa de entidades del Estado dirigidas por una recua de pithecanthropus que conforma este gobierno de delincuentes, tramposos e ineptos, dirigidos por un incapaz profesional, plagiario e imputado por corrupción apellidado Castillo
Día a día se multiplican las muestras de que el Estado peruano ha colapsado.
Se le viene la noche al todavía presidente del JNE, Jorge Salas Arenas. El montaje del presunto fraude electoral –habido en 2021- fue convalidado, escondido y sellado por la camorra comunista, en contubernio con otra mafia. Hablamos de los caviares. Sujetos siempre dispuestos a “cogobernar” desde que, 22 años atrás, saboreasen el poder con el cleptómano Alejandro Toledo.
Cada minuto que pasa crece la sospecha del fraude en que habría incurrido el JNE en las elecciones generales del año pasado. Ese solo hecho -que el presidente comunista del JNE se negara a confrontar las actas, presuntamente alteradas, que presentase la actual oposición política, con el padrón oficial de ONPE- revela una voluntad contraria a la debida transparencia en aquellos comicios.
Este individuo Pedro Castillo, de nombre y apellido hispano, cada día se asemeja más a Alejandro Toledo. Recurre a toda hora a su origen andino, apela a la miseria familiar y exhibe un extraordinario complejo social para esconder su auténtica personalidad, probablemente también inclinada a la corrupción como su predecesor de comienzo de siglo.
¿Los peruanos seremos tontos; tan reverendamente tontos para permitir que estos inminentes comicios de octubre próximo (para que elijamos a 25 gobernadores, a innumerables consejeros regionales; además de casi dos mil alcaldes provinciales, distritales y a decenas de miles de concejales en toda la República -autoridades responsables de gestionar algo más del 60% del Presupuesto Nacional-) sean
Hay 75,000 peruanos que, hace ya 12 meses, pagaron al Estado el “derecho” para obtener un pasaporte. Esta es la cifra oficial. Sin embargo, la verdadera cantidad de estafados debe ser muchísimo mayor. Ergo, como toda estafa, el delincuente debería pagar la consecuencia de sus actos.
Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, arremetió contra ese impresentable mandatario del Perú, Pedro Castillo, delineando sus limitaciones. ¡Más propiamente sus carencias cognitivas y personales!
Como buen latinoamericano, Jorge María Bergoglio, Papa Francisco, se las trae. Su manifiesta voluntad transformadora de las estructuras vaticanas remecen eventual, aunque intensamente, los milenarios fundamentos de la Santa Sede, cada vez que su ímpetu argentino lo impulsa a la búsqueda de posiciones contemporizadoras, frente a algún dilema espinoso.
En medio de la crisis terminal por la que atraviesa el Estado de Derecho y la Democracia en el Perú, este -salvo honrosísimas, aunque minoritarias excepciones- lamentable Parlamento de la República se acobarda, se espanta y expone a que el Ejecutivo, usurpado por el comunismo, decida clausurarlo para declarar la República plurinacional peruana e incorporarla al eje marxista sudaca que dirige el
Cuando concluya la pesadilla que, en estos últimos diez meses, embarga al Perú, la ex Fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, tendrá que vérselas con un juez, desprovisto de esas casullas rojas que ahora visten determinados magistrados del poder Judicial que dirige otra juez, Elvia Barrios, dominada por el régimen bolchevique/senderista que dirige Pedro Castillo.
Un desconcertante César Acuña se dirigía ayer a sus confundidos seguidores, para decirles que, ”por el bien del país, Pedro Castillo debe renunciar para acabar con la crisis política.” Alegaba que Castillo habría cometido “delito de robo intelectual y falsedad genérica, al plagiar su tesis de maestría”, para convertirse en profesor de la escuela pública peruana.
Cuando concluya la pesadilla que, en estos últimos diez meses, embarga al Perú, la ex Fiscal de la Nación, Zoraida Ávalos, tendrá que vérselas con un juez, desprovisto de esas casullas rojas que ahora visten determinados magistrados del poder Judicial que dirige otra juez, Elvia Barrios, dominada por el régimen bolchevique/senderista que dirige Pedro Castillo.
Durante estas últimas décadas nuestro Estado ha maleducado a sendas generaciones atentando contra su futuro. ¡Y con ello, contra el futuro de millones de peruanos! Una de las consecuencias de semejante agresión es esta vergonzante realidad: ¡quien dirige las riendas de nuestra patria resulta ser un ignorante plagiario!
Los caviares siguen siendo tan nefastos como este régimen marxista/senderista que encabeza Castillo. Se diferencian del primero por sus modales más exquisitos, por su lenguaje afiatado, y por su hipocresía ilimitada. En el fondo, siendo ambas minorías absolutas (contrastadas con la población nacional), las dos son corrientes corrosivas para el interés nacional.