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Raúl Diez Canseco

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Después de escuchar la charla magistral del expresidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias García, sobre el devenir del mundo, en especial de América Latina, atrapada por ahora por gobiernos populistas, no me queda duda de que la democracia está en peligro.

Después de dos años, los ejecutivos de este país volvimos a encontrarnos en Paracas. La verdad, no fue el mejor escenario. Si bien las mascarillas quedaron atrás, eran evidentes los estragos causados por la pandemia y la crisis institucional expresada en la economía, la política y la sociedad.

El Perú comparte con el Brasil algo más que una línea de frontera amazónica de 2,995 kilómetros.

El Perú comparte con el Brasil algo más que una línea de frontera amazónica de 2,995 kilómetros.

Por varios motivos, el partido está en una etapa de crisis que debe resolverse para salvar su papel ante la historia. Congresistas de Acción Popular son investigados por presuntamente formar parte de una red criminal y ofrecer sus votos en favor del Gobierno a cambio de obras públicas y puestos de trabajo. El problema no acaba con su expulsión. La tarea de reconstruir el partido es mayor.

Las elecciones municipales y regionales del domingo último nos pintan un nuevo panorama político: disperso, variopinto, dominado por movimientos locales y regionales, casi sin partidos nacionales.

Esta semana estuve en El Pentagonito con la finalidad de fortalecer la alianza académica institucional que mantenemos con el Ejército Peruano desde hace muchos años.

“Es imposible que la sociedad retroceda”, comentó alguna vez el recientemente fallecido Mijail Gorbachov al mirar la tremenda obra realizada en la ex Unión Soviética que involucró una profunda transformación económica en su país, y la apertura al mercado, la democracia y la libertad. Sus palabras parecían proféticas.

El tiempo sigue pasando sin que los peruanos seamos capaces de encontrar una solución a la tremenda crisis política que nos agobia. En estos últimos días he visitado algunas instituciones públicas y privadas, y en los funcionarios y directivos con quienes he conversado he encontrado desolación, tristeza, preocupación y muchos sueños frustrados.

Estos últimos días he estado fuera del país por razones de trabajo y en todas las conversaciones que he tenido con diversas personas la pregunta era una sola: ¿qué está pasando con el Perú?, ¿cómo así cayeron en este hoyo de descontrol, incompetencia y corrupción?, ¿qué pueden hacer para salir de ese entrampamiento?

Según un informe reciente del Banco Mundial (BM), la región latinoamericana vive hoy la mayor crisis educativa de la historia. Y el Perú no es una excepción. El cierre de las escuelas que tuvimos el 2020, por casi dos años a raíz de la pandemia, ha dejado secuelas en la población escolar y ha acrecentado la brecha social educativa que ya teníamos en este campo.

Nuestro partido acaba de cumplir 66 años y nos encuentra en una encrucijada que debemos resolver. O rescatamos la vida partidaria, renovamos su liderazgo y recuperamos el accionar decente que nos enseñó el presidente Fernando Belaunde o sucumbimos ante la prebenda, la corrupción y el divisionismo.

Por Raúl Diez Canseco

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