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Ale Pastore y la lucidez de la poesía

Poeta peruana, licenciada en comunicación social y audiovisual, artista multidisciplinaria.

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Fecha Publicación: 24/08/2022 - 00:24
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Por Miguel Ángel Zapata

“Todavía oscura” es un título muy sugerente, ya que podría referirse a la dificultad de la poesía, o como también a una oscuridad existencial. ¿Cómo llegaste a este título para tu libro?

Como sabes, en el libro hay un poema que titulé “Todavía oscura”, la cual no es una sentencia permanente sino atemporal. Ahí, vislumbro la propia tarea de escribir desde un ángulo no tan placentero pero repleto de esperanza. El título sugiere ese punto medio entre el dolor y la fe, en la idea de que lo mejor siempre está por venir.

Veo en tu libro poemas en verso libre, y en el otro polo, una sextina titulada “La niña del árbol de nísperos”. ¿En qué campo semántico te sientes más cómoda?

En mi caso, los poemas estructurados como las sextinas, los sonetos, las décimas, me sirven de ejercicio y reflexión sobre el arte de escribir poesía. Por eso, hablábamos de la dificultad, porque uno en este campo, se ve forzado a adquirir cierto arquetipo versal. También podemos hablar de la dificultad de escribir en verso libre. El verso libre también posee un ritmo interior que es difícil lograr. La sextina incluida en mi libro se escribió fruto de un taller que tomé con Marco Martos. Luego, tuve la oportunidad de leer en el cierre de la Maestría de Escritura Creativa de la UNMSM la “Sextina de los desiguales” de Carlos Germán Belli, estando él presente. Este hecho influenció tanto en mí, que me motivó a seguir escribiendo algunas de ellas.

¿Qué te han dado como poeta, Alda Merini, Marina Tsvetáyeva, César Vallejo y Dylan Thomas; de los cuales usas epígrafes en tu libro?

Alda Merini me enamoró porque siento que escribe desde la lucidez de la demencia, ¿existe acaso algo más fascinante? Creo que de una u otra forma todos alguna vez nos hemos sentimos algo desorientados, pero de ahí, justamente nace lo más profundo de la poesía, de esos estados extremos por lo que nos lleva y conduce la vida, de ellos renace la luminosidad de la palabra y su exploración. Lo mismo sucede con Marina, otra poeta que me apasiona, por la fuerza de sus versos llenos de símbolos visuales y donde hasta a veces puedo sentir su dolor. Curiosamente Marina nació el mismo año que Vallejo, el poeta fundamental del Perú y más grande de todos los tiempos, con quien me inicié y a quien siempre he admirado por la complejidad y versatilidad de sus poemas, al que nunca le alcanzaron las palabras, pero a su vez, deja un gran legado cultural para la humanidad. Y bueno, Dylan Thomas, el poeta de la precisión, quien a pesar de sus largos encabalgamientos, es uno más que confirma mi admiración por este tipo de poéticas, que van más allá de sus aspectos biográficos.

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