Fany Rodríguez Ruiz lanza nueva propuesta en escena nacional: ‘Almanía, lo que no decimos’

¿Cómo surge y cómo se define el proyecto de danza-teatro Almamía? 

Surge de la idea de extrañar, muchas veces, a la familia que no está, a los hermanos que no están, a los padres que se fueron. A raíz de esa necesidad, pones una canción que es “Alma mía”. Esto me llevó a pensar en mi familia. Para mí, ellos son el alma mía. A mí, esa canción me hace recordar a mi familia, porque creo que de muy joven la cantaba siempre con ellos. El proyecto se va armando en el camino. Cuando convoco a Daniela Darcourt, Bruno Odar, inicialmente a Vania Masías, les cuento mi idea, pensé ¿por qué lo podría hacer así? Me dije, “les voy a preguntar”. Solté eso, algo que yo había escrito, más la canción, y todos me dijeron que sí. Entonces, comencé a armar el proyecto, pero ya al empezar a ensayar, a convocarlos, a reunirnos más seguido, también cada uno soltaba ideas, y yo misma buscaba respuestas de ellos sobre sus familias.

Todos tenían un perfil directo e indirecto con sus familias, pero muy distintos. Yo tengo un apego muy fuerte con mi familia. Mis hermanos y yo somos muy unidos, al margen de que a veces tengamos caracteres muy distintos, y pensemos completamente distinto, pero hay una cosa que a nosotros nos mantiene unidos, literalmente, de por vida.

Me gustaría que eso le pasara a todo el mundo. Creo que soy una afortunada y tengo la suerte de que esto me pase. Si quieres saberlo, realmente eso es AlmaMía: Es mi familia, y lo que para mí significa la familia, es ese desarraigo que no se puede lograr cuando uno tiene una familia muy unida porque los padres lo hicieron así, pues crearon esta forma loca de amarnos y cuidarnos entre nosotros.

Descríbenos la experiencia de trabajar con un elenco conformado por tantas estrellas del teatro y el arte nacional.

Es difícil unir tantas estrellas, tantos egos, tantas fuerzas. Pero, por suerte, en este grupo humano somos amigos, nos conocemos de alguna u otra manera de hace muchos años, por supuesto, con unos más que otros. Entonces, no hay esa lucha de egos, sino un apoyo constante, cada uno da lo mejor de sí. Increíblemente, al final de lo que se escribió, la obra va creciendo porque ellos tienen importantes valores de aporte. En cuanto a los músicos, está María Elena Pacheco, Ernesto Hermoza y la voz, en vivo, para esta canción, que Daniela no podía hacerla cantando porque en ese momento ella baila y yo necesitaba la letra de Oro Santo en este tema, entonces ahí hay cosas que suben, que bajan, y para mí difícil. Por ejemplo, ser dirigida por Juan Pablo Lostannau, que hace muchos años fue mi alumno, pues es parte de la primera promoción de Dactilares, y, ahora, él es el director de la obra, yo sigo como coreógrafa, igual es mi obra, pero la dirige Juan Pablo.

Entonces, hay subidas y bajadas, de encuentros y desencuentros, pero ha sido exquisito juntar a todos, y sacar lo mejor de todos, y que, aun así, no se pierda lo que yo quiero como mensaje, porque cada uno quiere decir las cosas como quiera decirlas, pero no puede expresar algo distinto, lo pueden decir a su manera, a su forma, uno cantando, uno actuando, uno bailando, pero hemos logrado que todos sigamos y sintamos lo mismo, que lo importante de esto es el amor por sobre todo y al bailar juntos ya somos una familia. Así que esa es la importancia, y ha sido exquisito trabajar con estos capos… yo lo único que tengo para ellos es agradecimiento total.

¿Cómo se refleja el uso de las herramientas y técnicas artísticas en la transmisión del mensaje que desean dar al público?

Cada técnica usada dentro del escenario, en este caso la voz, el canto, la actuación y la danza. Quizá hay cosas que están hechas con nombre y apellido, hay cosas que son para hacerlas habladas, puesto que a veces el cuerpo no es suficiente para explicar con su movimiento exactamente la oración que quieres decir, porque al final el cuerpo también está hablando, pero hay movimientos que necesitan una voz y eso lo suplimos con la parte actoral o con la parte cantada. De esa manera, cada técnica apoya a la otra, refuerza a la otra. No es que aparezca la danza y desaparece el teatro, porque la gente que está bailando está actuando. Al final, es una suma de todas las técnicas para poder decir lo mismo. En AlmaMía… no ha sido difícil bajar la voz con el cuerpo y subirla con la voz oral. Ha habido un click que nos ha permitido hacer que lo que no se dice cantando, lo termina de decir el cuerpo, entonces se ha llegado al mismo mensaje ya sea bailado, actuado o cantado… hemos podido unir las fuerzas y llegar el mismo mensaje a través de las tres cosas, cuando estás alegre, cuando estás feliz, cuando recuerdas, cuando abrazas, entre que uno habla, el otro canta y el otro actúa, ha funcionado el mensaje para llegar dentro de las distintas técnicas que usamos en el escenario.

Repertorio

Almamía es una historia sobre los lazos de la familia. Actuación: Bruno Odar, Daniela Darcourt, Pedro Ibáñez, Diego Milla, Carla Picón y Fany Rodríguez. Música: María Elena Pacheco, en el violín, Ernesto Hermoza, en la guitarra. Danza: Dactilares Perú. Coreografía: Fany Rodríguez Ruiz. Dirección: Juan Pablo Lostannau.

Por Juan Antonio Bazán

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