Fernando Guembes y sus dibujos del Centro Histórico de Lima: área oscura y luminosa
Propuesta tuvo diversos tránsitos: de lo figurativo a un articular surrealismo romántico.
Fernando Guembes es un dibujante de minucioso trazo, cuya propuesta ha tenido diversos tránsitos: de lo figurativo a un articular surrealismo romántico, y, actualmente, a un firme sello intimista.
Consolidó su carrera a finales del siglo pasado. Su obra ha sido reconocida con premios, menciones y es parte de colecciones particulares e institucionales, así como en ediciones de poesía y música. Como arquitecto, está dedicado a la restauración y valoración del patrimonio nacional, y ha tenido a su cargo diversos proyectos en el Centro Histórico de Lima, entre ellos, la Casa O´Higgins, la Casa Riva Agüero, el Conjunto Monumental de San Francisco El Grande, entre otros.
Háblanos acerca de tus inicios en el arte, y de cómo Lima se instala en tu inspiración.
Soy artista de formación autodidacta. Desde niño, el dibujo ha sido mi pasión. Es la técnica con la que trabajo hasta el producto final. Siempre a tinta y sobre papel o lienzo. Y en blanco y negro, donde para mí están todos los colores. La composición y el equilibrio asimétrico de los objetos, así como la perspectiva con los puntos de fuga, los fui descubriendo desde mis primeros años de colegio; lo que sin duda me acercó a seguir la profesión de arquitecto.
Desde muy joven fui capturado por la especial estética de Lima. Es en junio de 1979, hace 45 años ya, cuando realizo mi primera exposición individual donde la ciudad es protagonista de mis obras. Su arquitectura patrimonial, sus balcones únicos, templos, conventos, casas y casonas de zaguanes y patios de tan singular belleza. En paralelo también voy sintiendo el olvido y la incuria, que, a pesar de ello, no han llegado a matar el prestigio urbano de la capital, la bella ciudad de nobles adobes, la quincha erguida, la piedra y el canto rodado. Su especial clima, sus preciosos ficus, sus fiestas, su música, su fe en ella misma, la imagino como una bella y misteriosa señora, recostada frente al mar, sobre el inmenso paisaje de la emblemática costa peruana.
En mis obras hay elementos que se repiten desde mis inicios. Uno de ellos ha sido y es el Puente de los Suspiros de Barranco. Su baranda se presenta cada cierto tiempo. Podemos hablar de un embrujo, de una atracción irresistible. No existe el tiempo cada vez que “le doy vida al puente “.
Hoy, me siento como refugiado en lo que podemos llamar el átomo de la ciudad. La hoja del ficus “humanizada” es la protagonista que anuncia una buena nueva. Siempre una luz que no abandona. La patria y la ciudad continúan…
Fernando Guembes, ¿cómo observas al arte contemporáneo?
El avance tecnológico viene alcanzando niveles de espectáculo y también de peligrosísimo manoseo ahora con la onda GPT.
Viento positivo es lo que veo en el “arte inmersivo” que tan bien explica la destacada crítica de arte mexicana Avelina Lésper, destacando la tecnología al servicio del arte: Representar una obra proyectándola en gran formato. Solo un contenido consecuente en una obra garantiza posibles resultados que aporten a focalizar y concentrarse en ella.
Vivimos un tiempo de lo que podríamos llamar confusión programada, donde el arte viene sufriendo un ataque feroz. Hoy vemos aplaudidas muestras y performances en museos y galerías de arte que son una burla para el espectador. Sin embargo, tienen enorme difusión y apoyo. Y justamente cuando el éxito de las redes es tan grande, pudiendo no ser así y alentar a tantos artistas que se sienten ocultos y bloqueados.
Una obra de arte debe tener el poder de capturar al espectador, conmoverlo de solo mirarla; sin necesidad de contar con un texto al lado que lo explique o intente justificarla; salvo que se trate de una serie o conjunto que el autor titula a propósito de un tema que lo ha inspirado o realizado por encargo.
Pienso que urge darle la importancia que merece al dibujo. El trazo es esencial en el trabajo del artista y su formación temprana.
Leonardo, Miguel Ángel, Durero, Goya, Dalí, Sorolla y Velásquez; algunos de los que admiro y me siguen conmoviendo. En el Perú, la cerámica Moche, los tejidos Huari y Chancay, Ignacio Merino, Núñez Ureta, Quispez Asin, Tilsa y Cristina Gálvez.
Si bien es cierto que el arte es una fuente de expresión, ¿sientes que hoy en día, el arte se ha politizado de manera extrema?
Bueno, el arte siempre ha tenido el afán de manifestar, expresar y muchas veces, incomodar. Pero es cierto que hay ciertas corrientes que básicamente buscan ser polémicos, lejos de proponer una estética artística definida o simplemente carecer de discurso, es el simple hecho de escandalizar lo que cierto público quiere considerar como arte.
El entrevistado
Fernando Guembes es dibujante autodidacta, y arquitecto por la Universidad Ricardo Palma. Tiene un posgrado en restauración de monumentos históricos en la Universidad Federal de Bahia, en Brasil. Su obra de arte tiene una vigencia de 45 años.
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