Germán Ignacio Carnero, fotógrafo: «En el desierto, desaparece el tiempo»

La muestra ‘Principio y Fin del Absoluto’, del reconocido fotógrafo peruano Germán Ignacio Carnero, terminó exitosamente su temporada en el Museo Regional de Ica Adolfo Bermúdez Jenkins. Su próximo destino es París. Conversamos con el artista para conocer qué lo motivó a adentrarse en el desierto de Paracas en busca de valores estéticos, pero también de nuevas verdades.

¿Cómo es que nació la idea de la exposición?

El año del bicentenario, fui a Paracas a hacer un scouting al que me invitaron para un trabajo en el marco de las celebraciones. Ahí me quedé sorprendido. Viví la dimensión del desierto y quedé totalmente impactado por su energía, sus colores, sus formas y su misterio. Entonces, comencé a ir todos los fines de semana por casi cuatro años. Por la pandemia, este proyecto no se pudo hacer, pero yo seguí con mi proyecto propio de una exposición y estos son los resultados.

¿Cómo entiendes el nombre de la muestra?

Es un desierto que tiene 600 millones de años. Es un lugar muy mágico, donde se siente que desaparece el tiempo. Es un lugar de meditación, para interiorizar. Invita mucho a la reflexión: uno entra el desierto y es como una limpieza de tu mente, uno puede ir, sentarse un rato, empezar a meditar y el desierto limpia tu mente. No hay ruido, no hay contaminación visual, son dunas y cerros que la naturaleza se encarga de dibujar.

¿Cuál fue la importancia de las culturas precolombinas peruanas que se desarrollaron en esta zona en la manera en que abordaste este proyecto?

En este lugar, tenemos a dos grandes representantes de nuestra cultura, que son la Paracas y la Nasca. Son culturas totalmente misteriosas, que nos han dejado unos misterios que todavía no resolvemos: las Líneas de Nazca, en el caso de los Nazca, y el uso de ciertas tecnologías increíbles en los mantos Paracas, en sus construcciones, su manera de buscar el agua, la trepanación de cráneos. Es un lugar misterioso. Eso es lo que he querido mostrar en mi exposición de fotos.

¿Cómo se manifiesta este misterio en las fotografías?

Por ejemplo, hay una fotografía que se llama “El Cazador” que está en el desierto de Ocucaje, en el Cañón de los Perdidos, un lugar de difícil acceso. Cuando entras ahí cierto día del año, la luz y el paisaje dejan ver la figura de un gato, un poco surrealista. Como se sabe, el gato aparece en los tejidos de los Paracas y las vasijas de los Nazca. Otra de las fotos se llama “Otros Mundos”, que parece algo salido de otro planeta, uno podría pensar que se tomó en Marte. El desierto tiene muchos símbolos, es como el destino: polvo eres y en polvo te convertirás. Está también la foto “Geometría Sagrada”, que muestra una piedra que, según el ángulo que le des, agarra una cierta forma. Cuando le das cierto ángulo, parece un personaje viendo el universo. Resulta que a la hora en que amplié la foto, me encontré con que había un triángulo negro chiquito en el fondo de la imagen, que me hizo pensar en el disco de Pink Floyd, “The Dark Side of the Moon”.

¿Cómo escogiste las ocho fotografías que conforman la exposición?

Fue un poco difícil porque tenía que darle a la muestra una dimensión cósmica y hacerlo con fotos que no sean la típica foto del paisaje. Quería darle algo más. Tenía que escoger fotos que dijeran algo, que no sean solo un paisaje sino que cuenten una historia.

¿Cómo es que las fotos pueden también mostrar al mundo una nueva cara de Paracas?

Creo que en el Perú se tiene que manejar otro tipo de campaña turística. Siento que poca gente va al desierto. En Ica hay infraestructura y hoteles de primer nivel, está el museo Julio C. Tello, del cual tenemos que estar orgullosos. Está también el Puerto de Paracas, un testimonio, una evidencia de los avances que se han logrado en la preservación del entorno y en desarrollar operaciones responsables. Este lugar está retratado en la fotografía “Armonía”... Paracas no es nada más ir y ver a los animales y el Candelabro… Paracas se tiene que convertir en un punto turístico de primer nivel porque ya lo tiene todo. Hay que apostarle a eso, a nuestra cultura.

Muestra viajará a París

La exposición irá a la decimoquinta edición del Festival de Cine Peruano en París, punto clave de la cultura en el mundo, una de las ciudades más importantes. Queremos que la gente vea las fotos y quiera conocer este mundo de fantasía que realmente existe acá en el Perú, en el desierto de Ica. Somos un país con cinco mil años de historia, una de las culturas madres en Latinoamérica. Ser peruano es una marca, es un sello que uno lleva al mundo. Tenemos que renovar nuestra imagen del Perú como un país misterioso. Por eso es importante que esté en París.

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