José Luis Delgado Núñez del Arco recuerda al gran Ramiro Prialé, el hombre que unía a los peruanos

Con ocasión del 120 aniversario del nacimiento del ilustre político huancaíno, Ramiro Prialé, que nació el 6 de enero de 1904, siendo declarado hijo ilustre de Huancayo por la labor desempeñada en favor de la región Junín. La creación de la Corporación regional del centro, el proyecto de la central hidroeléctrica del Mantaro y otras iniciativas en infraestructura educativa, de salud y vial tiene su sello y tal vez el de su partido, el Apra auroral y heroico, siendo en su itinerario senador y constituyente.

“Ramiro Priale fue un hombre que sufrió persecución y destierro, y a pesar de eso sostenía que los peruanos podemos ser adversarios, pero no debemos ser enemigos y ese es su legado: su esfuerzo permanente por llegar a entendimientos políticos que le dieran la oportunidad al Perú de poder solucionar sus problemas sin imposiciones”, recuerda José Luis Delgado Núñez del Arco, amigo suyo y presidente de la Comisión del Centenario del nacimiento de Ramiro Prialé.

El mismo estilo de Ramiro, ahora en el APRA se preguntan, ¿qué ganamos los peruanos fraccionados en decenas de grupos políticos enfrentados permanentemente, en lugar de concertar un esfuerzo para acabar con la pobreza, la inseguridad y la corrupción?

Pero, muchos criticaron a Ramiro Prialé precisamente por esos acercamientos, que hicieron que el APRA pactara con quienes habían sido precisamente sus perseguidores y esto desconcertó e incluso provocó que muchos apristas se alejaran del partido.

Es cierto, señala Núñez del Arco, que el APRA fue cruelmente perseguido, que sus militantes no solo pagaran con su libertad y su vida, su identidad aprista, incluso sus familias sufrieron y sus hijos crecieron lejos de sus padres.

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“En el caso de don Ramiro Priale su primera esposa murió enferma en un hospital, pero el Perú no podía seguir dividido por odios fratricidas y entonces Haya de la Torre, desde la clandestinidad, en 1943, le pidió a Ramiro, que estaba desterrado en Panamá, que ingresara al Perú clandestinamente, para buscar la legalidad del APRA”.

“Leal a esa confianza, Ramiro ingresó al Perú y concertó con buenos peruanos como don José Gálvez Barrenechea y don Rafael Belaunde, para iniciar primero un movimiento de opinión por la restitución a la legalidad del APRA. Ese fue el gran germen del Frente Democrático Nacional, que permitió el restablecimiento de la democracia por tres años, de 1945 a 1948, durante la Presidencia del Dr. José Luis Bustamante y Rivero.

Ah, ¿de allí proviene entonces la frase, “conversar no es pactar”…?

“No, esa frase fue posterior. Recordemos que el 27 de octubre de 1948 Bustamante y Rivero fue depuesto por el golpe militar de Manuel A. Odría que instauró un régimen de terror para los apristas, los cuales fueron asesinados como ocurriría con Luis Negreiros Vega, obrero tranviario que ostentaba los cargos de secretario general del partido y secretario general de la Confederación de Trabajadores del Perú (CTP).

Negrieros fue emboscado en marzo de 1950 en el cruce de 28 de julio y Petit Thouars. Haya de la Torre tuvo que asilarse en la Embajada de Colombia, país que le concedió el asilo, pero la dictadura de Odría se negó a permitirle salir del país y que dio origen a que Haya permaneciera más de cinco años en dicha embajada constituyendo el asilo más largo que ha conocido la humanidad.

En esta circunstancia, Ramiro que estaba deportado en Panamá nuevamente recibió la orden de Haya de la Torre, para que regresara al Perú con su confianza plena para encontrar una salida de restitución al régimen democrático al Perú. Armando Villanueva estaba desterrado en Chile y Haya le ordena que retorne clandestinamente al Perú y se ponga a ordenes de Ramiro.

Estos son recuerdos poco conocidos. “En el Perú Ramiro toma contacto con el aparato partidario instando a los compañeros a reorganizarse y llegara a entrevistarse con el propio general Odría, quien en la primera ocasión le manifestó que tenía curiosidad por conocerlo, pero que no estaba dispuesto a dar ninguna concesión al proscrito Partido Aprista”, señala Delgado.

La República Oligárquica

Desde entonces “conversar no es pactar” fue la digna e inteligente respuesta que Ramiro dio al entonces todo poderoso dictador de la llamada República oligárquica.
Prado no fue la primera opción. Ramiro trato de persuadir a Odría que le dé esa oportunidad, luego vino la alianza con Manuel Prado, el vocero de la bancocracia de esos años. Fue en ese gobierno que se consigue la legalidad al APRA después de tantos años de persecuciones.

Atrás quedaban las catacumbas de El Frontón, donde escritores y poetas como Julio Garrido Malaver escribieron pomas como El Frontón: “Camino de la muerte iba el hombre delante de los fusiles. Detrás de los fusiles el hombre no tenía hermanos”.

Fue una época terrible que vivió Ramiro Prialé y el padre de José Luis Delgado Núñez del Arco, hasta que se consiguió la amnistía política para que los presos políticos salgan de las cárceles, cese la persecución y los desterrados puedan volver a su patria.

Pero Odría dijo que no podía dar la amnistía, el candadito Hernando Lavalle tampoco, porque argüía que había mucha presión del Ejército que mantenía el veto contra el Apra. Hasta que llegó 1956 y la candidatura de Fernando Belaunde y su Frente de Juventudes. Entonces Ramiro logra un acuerdo con Manuel Prado y llegó la amnistía el mismo 28 de julio de 1956. Lo demás es historia reciente. ¡Viva Ramiro!

Maestro de generaciones

Prialé fue fundador del Partido Aprista Peruano junto a Víctor Raúl Haya de la Torre, siendo uno de sus líderes históricos. Elegido senador por su natal Junín en las elecciones de 1945, 1963, 1980 y 1985. Fue mentor y maestro de varias generaciones apristas.

La República Democrática

Mucho se habla contra la coalición parlamentaria en el primer Gobierno de Belaunde, pero esa alianza dio la ley de gratuidad de enseñanza, la ley de elecciones municipales, que permitió a los peruanos elegir sus alcaldes distritales y provinciales por primera vez en la historia, porque antes los nombraba el Ministerio de Gobierno y Policía. Esos son los albores de la República Democrática.

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