La novela de los espíritus policiales
bella– novela acaba de publicarse en el Perú por Ediciones Altazor. Se trata de la primera obra de la colección Ágatha de corte policíaco, que ha empezado a ser buscada y leída por muchos.
Por Sandro Bossio
La historia es simple y, al mismo tiempo, compleja. Corre el último año del gobierno de Óscar Benavides y, como tal, nos encontramos en vísperas de la II Guerra Mundial, que tantos movimientos políticos y, sobre todo, juegos de espías motivará.
En ese contexto, Bianco, un hombre enredado en los estambres del Banco Italiano, acaba de ser encontrado colgado, y es Alberto Kisich, ex cadete y ahora oficial de la policía, el encargado de investigar la extraña muerte del italiano, quien aparentemente no murió en un accidente, ni mucho menos suicidado, como se especula. Alberto pertenece a Investigación y Vigilancia (que después será la PIP) y, en sus constantes indagaciones, recorremos con él bibliotecas, bares, espacios cerrados, estadios para averiguar la verdad de la muerte, y mientras lo va haciendo, se van abriendo nuevos temas policiacos, que involucran a la política peruana de los años treinta.
El detective, después de mucho trabajo y hasta un atentado contra su vida, llegará a descubrir una verdad histórica casi desconocida, que se convierte en el sorpresivo final, en una perfecta vuelta de tuerca de la literatura peruana.
El carnaval de los espíritus es una narración en primera persona, llena de acción y ejercicios literarios, que nos involucra en una escalofriante historia nunca antes tratada en nuestra nación. Aquí, realistamente, se abre el cortinaje de una época en la que la política militarista tiene el poder y detenta los misterios más absolutos. Se puede decir que corren los tiempos en que el fútbol es el pan de cada día. Además, en la época (donde brillan los valses criollos de Pinglo Alva y Pedro Espinel) muchas familias limeñas destacan por sus raigambres europeas. Por ejemplo, Alberto Kisich y Víctor Bielich, que son hijos de inmigrantes croatas; y Rinaldi, que es un criminal partidario de Mussolini. Y como si fuera poco, en el historial aparecen también memorables negocios: el Cordano, el Queirolo, el Parque Universitario, el hotel Bolívar, la Prefectura de Lima, el Banco Italiano, todos con su auténtica época de esplendor.
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