Monstruo de Armendáriz: la justicia no está hecha para los pobres
Una historia que cuenta cómo los ideales de un joven se ven defraudados ante la jerarquización de la sociedad.
Monstruo de Armendáriz nos cuenta los inicios de un joven abogado llamado Carlos Mora (interpretado con muchos matices por Daniel Cano), allá por la década de 1950, en una Lima oscura y señorial. Mora es un joven aprista, tímido y lleno de ilusiones. Es una obra teatral de Malcolm Malca Vargas.
Para subir peldaños en el difícil ambiente judicial, cuenta con la ayuda del abogado Francisco Gómez (interpretado de modo brillante por Gonzalo Molina) quien le indica que el APRA ha dejado de ser una alianza perseguida por el gobierno y se ha unido al presidente Manuel Odría para lograr la legalización del partido.
Para conseguir este objetivo, Gómez le entrega a Mora su primer caso: debe defender a un hombre de raza negra, muy humilde, llamado Jorge Villanueva Torres (interpretado por Herbert Corimanya, que emociona al público de manera profunda con su alegato de inocencia), a quien se le acusa de violar y matar a un niño de solo tres años. Con este caso en sus manos, Mora debe mantener al pueblo peruano distraído, y alargar el juicio lo más posible, mientras, según la trama, Odría y el APRA hacen sus acuerdos tras bambalinas: Odría se mantiene en el poder y el partido logra ser legal y participar en las elecciones generales.
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Tanto Mora como Villanueva van a ser incinerados en pro de un afán político de poder, pues Mora, luego de esta sobreexposición, no podrá tomar parte de ningún juicio serio. Villanueva también resultará afectado, ya que su caso se da por perdido y solo sirve como cortina de humo.
La obra parece postular que a los poderosos no les importa los medios sino los fines. También pone el reflector en una sociedad peruana que muchas veces es racista. Pero no resalta que existe un racismo de doble sentido, desde los blancos hacia los negros o indígenas y viceversa, pues el Perú es un país de profundas brechas sociales originadas en su diversidad cultural. Cuando estas culturas aprendan a convivir, el rumbo del país será distinto.
El origen del Monstruo de Armendáriz
Monstruo de Armendáriz no es una clase de historia, sino una recreación de la misma. Lo que en verdad ocurrió, según el director de la Morgue Central de entonces, el médico forense Víctor Maúrtua Vásquez, es que el niño J. H. cruzó la pista carrozable que colindaba con la quebrada de Armendáriz, cerca de la cual se encontraba la covacha donde vivía Jorge Villanueva, y un auto lo impactó en un miembro inferior, por lo cual el menor rodó por la ladera de la quebrada, donde se golpeó la cabeza, y quedó inconsciente, boca abajo, con las fosas nasales llenas de tierra, siendo así que falleció a causa de la asfixia. No se encontraron en el niño signos de abuso sexual. Tampoco hubo en la vida real ningún amañamiento entre el odriísmo y el aprismo.
Lo que le queda a uno en la retina es que quien atropelló al niño se dio a la fuga y luego fue testigo de cómo el pueblo y los diarios culpaban a un hombre inocente de asesinato y violación, y cómo este mismo hombre fue luego fusilado. Algo como para no poder dormir por el resto de la vida.
Por Evelyn García Tirado
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