Ricardo Sumalavia y su más reciente obra 'Croac'
Intelectual limeño nació el 31 de diciembre de 1968, es también doctor en Letras.
Por Harold Alva
Con la novela Historia de un brazo (Planeta, 2019) Ricardo Sumalavia sorprendió a sus lectores. Ahora, Croac y el nuevo fin del mundo (Planeta, 2022), su nueva novela, quiebra aún más sus propios moldes. Estamos ante una novedosa novela episódica que se articula en hilarantes e irónicas historias cuyo protagonista es una rana.
Tu protagonista es una rana. Obviamente te das cuenta de que te has alejado aún más del marcado realismo de nuestra narrativa peruana. ¿Qué te llevó a estas direcciones?
En cada libro que he escrito trato de armonizar los distintos frentes de mi vida. Me especializo en literatura coreana, he investigado sobre la novela policial, pasé mi infancia en el centro de Lima, he vivido en Corea del Sur y en Francia, etc. Todo esto puede parecer muy difícil de aglutinar, pero lo intento. Y parto del principio en el cual asumo que mi novela es un rompecabezas desarmado pero con las piezas equivocadas. Obviamente, a primera vista, ninguna pieza podrá encajar. Sin embargo, la escritura, mi forma de narrar, sí me lo permite. Ya no estoy interesado en cumplir necesariamente con las reglas narrativas canónicas y sus secuencias lógicas. En el siglo XX lo hicieron bastante bien los surrealistas, y podría irme más atrás todavía. Con estas no-reglas he escrito Croac y el nuevo fin del mundo.
Más de un lector puede cuestionarte que llames novela a un libro que también puede funcionar como un libro de microrrelatos. ¿Las nuevas formas de ficción están detrás de todo esto?
La idea de este libro surgió poco antes de la pandemia. Originalmente lo pensé como un conjunto de microrrelatos. Luego noté que me guiaba una fuerza mayor. Los personajes crecieron: el narrador, la abuela, la rana. Así que le pensé en un formato distinto. La novela es muy maleable y, si ya me tomó tantas libertades, pues pueden leer este libro con la actitud que deseen, porque los géneros literarios, no solo dependen de lo intrínseco de la escritura, sino también de la actitud del lector frente al texto. En lo que llamas “las nuevas formas de ficción” vemos lo que queremos ver. El libro es un camaleón.
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