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Rodrigo Hernández: Escribir un poema es una aventura hacia lo incierto

El autor señala que la poesía era un diálogo consigo mismo y con los autores de las obras que leía.

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Fecha Publicación: 04/08/2022 - 01:22
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Por Carlos Rozales Purizaca

Rodrigo Hernández (Lima, 1979) estudió comunicación audiovisual, ha sido director publicitario y actualmente trabaja como piloto aéreo, pero su principal pasión es la poesía.

Mientras sostiene en sus brazos a su gata Mía, atiende esta entrevista sobre su ópera prima Agosto bajo el sello editorial Panóptico, en la cual se sumerge en las profundidades de su ser para mostrarnos un mundo simbólico con imágenes escritas sobre el silencio, el cuerpo, la bruma y las fronteras de la condición humana.

¿En qué circunstancias te inclinaste hacia la poesía?

A través de la música que escuchaba de niño. Siempre me llamaron la atención las letras de las canciones. Hay atisbos de poesía en varias de ellas. Luego, cuando estaba en el colegio, mi padre me regaló una antología llamada “Poetas románticos ingleses”. Él no leía poesía, no sé bien por qué se le ocurrió dármela, pero ese libro me fascinó. Lo tenía siempre conmigo, en el bolsillo de la casaca, para leer en cualquier tiempo muerto. Hasta ese momento yo había leído únicamente narrativa, pero la experiencia de leer estos textos tan extraños me enganchó.

¿Qué significa la poesía para ti?

La poesía era un diálogo conmigo mismo y de manera imaginaria con los autores de los libros que leía. Ahora sigue siendo una actividad muy íntima, pero el círculo con el que la comparto se ha ampliado desde que publiqué este poemario. Es muy esperanzador esto, las presentaciones, los recitales, las conversaciones. Ver que hay otros que creen también en esta herramienta tan simple y vieja, tan analógica, como es el lenguaje. Pensar que luego de tantos siglos se siga cultivando, de manera tan terca, como forma de expresión, se me hace incomprensible.

La poesía como un acto auténtico.

Pienso también que en esta era de entretenimiento masivo y, sobre todo, pasivo, la poesía es un acto disruptivo a eso. En un mundo donde todo se jacta de haber sido diseñado específicamente para cada individuo, escribir o leer un poema es una aventura hacia lo incierto, un acto sumamente creativo y libre. Pareciera que nos hemos olvidado de que ser libres nos hace humanos y que es algo por lo que hay que luchar. Es una de las pocas recompensas que tenemos a la experiencia de cruzar una vida.

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