Roxana Rivero, artista: Para hacer arte hay que estar enamorada del Perú

Conocí a Roxana Rivero en casa del pintor Cuco Morales, cuando yo era jovencito, y rápidamente tuvimos una complicidad, casi mágica, que se convirtió en una entrañable amistad.

• Háblanos de tus inicios y de los lugares en los que has expuesto. 

Soy egresada de artes plásticas de Corriente Alterna, graduada con medalla de plata en la promoción del 98. Hice un diplomado de Gestión y Negocio en la Universidad del Pacifico, también realicé estudios de Comercio Internacional y en la Cámara de Comercio Americana, Estrategia de Negocio; entre otros. Gané el Premio Patronato de la Plata del Perú en el 2004, el premio Goethe en el 2006, Premio Lima Design Week 2016, el premio Alto Fab Lab en Roma en el 2019, entre otros. Mis obras se han expuesto en China, Chile, Canadá, México, Japón, Italia, Estados Unidos y Rumania. En escenarios como el Museo de la Nación del Perú, Museo de Arte Contemporáneo del Perú, Club Regatas de Lima y embajadas del Perú en diversos países

• Has salido de una terrible enfermedad; pero, a pesar de ello, desde tu cama en una clínica, me resondrabas con que termine mi carrera universitaria, y que si no lo hacía me ibas a asustar. Eres admirable, jamás te diste por vencida, a pesar de tener los diagnósticos y los doctores en contra, tú seguiste dibujando, escribiendo, creando, y trabajando con el personal de los marcos, pues querías ver tus pinturas montadas tal cual te lo habías imaginado.

Lo recuerdo muy bien. Siempre he vivido apurada, como si se me fuera acabar el tiempo, o como si estuviera en una competencia. Acuérdate cuando trabajamos juntos en el ART LIMA, iba a tu casa a las 6 de la mañana para desayunar, para que el día nos alcance. Cuando realizo un proyecto, quiero que esté listo todo para ayer, porque así me da tiempo de modificar las cosas tal y como mi cerebro lo imagina, si no sale a la primera, sale a la segunda, y si no, a la tercera, pero sale. La enfermedad nunca fue un obstáculo para mí, yo supe que tenía cáncer porque los doctores me habían realizado los exámenes pertinentes. Pero, yo no me sentía enferma, entonces jamás actué como tal. Yo creo que el arte sin darme cuenta fue mi gran aliado, una vez más para superar este obstáculo, de esa etapa realicé una serie de cuentos y escritos, que han ganado premios. Creo firmemente que parte de ganarle a la enfermedad, es no actuar como enfermo, creo que mis ganas de seguir en este mundo creando y dando rienda a mi imaginación, fueron más fuertes que la enfermedad y que los médicos vaticinaban el peor de los escenarios. Como diseñadora tecnológica que soy, pues muchos de mis diseños tanto en el vestir como en joyería tienen intervención tecnológica, me parece muy curioso que un elemento como el láser, que siempre ha estado muy cercano a mi trabajo del día a día, me haya salvado la vida.

MÁS INFORMACIÓN: Eleine Rodríguez, curadora y coordinadora de Galerías Municipales: “La pintura como espejo que revela y oculta”

• Tus disciplinas artísticas son variadas. Pero, ¿cuál consideras que es tu mayor fuente de inspiración?

Para mí, no hay mayor constante que la cultura rica y diversa de mi país, soy una eterna enamorada de su país, a pesar de las vicisitudes que este nos enfrenta. Me interesa sobremanera poner en valor a la cultura peruana porque creo firmemente que cuando la gente conozca a profundidad nuestra riqueza cultural, estoy segura que también amará a su país y ello, tendrá un impacto positivo en nuestra sociedad. A simple vista podría parecer algo frívolo, pero algunos sabemos que la cultura nos permite vivir mejor, y cuando esto se democratice, podre decir que contribuimos con un grano de arena a mejorar la realidad de nuestro país a través del arte. También, mediante mi trabajo y como activista que soy, resalto el valor de la mujer en la sociedad, trato de expresar la belleza de la estética, el no rotundo ante el maltrato, la resiliencia y la persistencia.

• Recuerdo que cuando te estuve asesorando con las tenidas de tus conferencias, debías asistir a un congreso de tecnología en Estados Unidos, liderando un grupo de diseñadores jóvenes tecnológicos de Perú. El contexto político era bastante polarizado en aquellos años y te escuche decirle, clara y tajantemente, al grupo que estabas organizando: “Podrán tener la postura política que quieran, pero solo hay una cosa con la que no comulgo y les prohíbo encarecidamente hablar, no voy a tolerar ningún tipo de apología al terrorismo en sus discursos y esto, no es negociable”. ¿Qué actitudes son las que te disgustan en el plano artístico, y en general?

El terrorismo es, sin duda, una de esas cosas que detesto, pues fue una realidad muy cruda que nos tocó vivir como país. Yo no consigo empatizar, ni un ápice siquiera, con las personas que pretenden “dorar la píldora”, o suavizar aquellos años terribles. Lamentablemente, hay muchos jóvenes desinformados, sobretodo en el arte, que tienen ciertas ideas sobre algo que no les tocó vivir, y que no saben al respecto. La falta de oportunidades e internacionalización para el sector arte, y los pocos circuitos que hay para este, en nuestro país, dejan mucho qué desear. La mayoría de artistas tienen que exponer afuera para hacerse de un nombre, y luego regresar. Eso no debería funcionar así. Me molesta la falta de cultura de nuestras máximas autoridades, y hasta de nuestros gestores culturales. De verdad, se hacen esfuerzos mínimos en pro del arte y cultura. Algo más; detesto la indisciplina, la impuntualidad, y la falta de interés por ser mejores profesionales y, por ende, mejores personas.

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