Christian Cueva brilló en triunfo sobre Alianza Lima: celebración en vestuario de Cienciano fue verdadero jolgorio cusqueño
Bastaron apenas 20 minutos para que 'Aladino' convierta un simple partido en una historia para contar.
Tras el contundente triunfo que enmudeció el estadio de Matute, el espectáculo cusqueño se trasladó a los camerinos, donde los jugadores de Cienciano dieron rienda suelta al júbilo de haberle ganado a domicilio a Alianza Lima.
Ya en los vestuarios, con los tres puntos en el bolsillo y la adrenalina aún encendida, Christian Cueva se unió a sus compañeros del Cienciano en una celebración efusiva teniendo como fondo musical la cumbia que lo caracterizó en los triunfos de la selección peruana en la era Gareca.
Entre risas, abrazos y gritos de triunfo Christian Cueva cantó a viva voz ‘El Cervecero’ y bailó con un celular que lo alzaba cual botella en la mano derecha. Las imágenes, captadas por uno de los jugadores, se viralizaron rápidamente.
No fue solo un gol. Fue una revancha personal. Fue el regreso de un jugador que, con todo en contra, decidió no esconderse. Christian Cueva, en apenas 20 minutos, convirtió un simple partido en una historia para contar.
Christian Cueva no se inmutó ante insultos
Christian Cueva, desde su primer contacto con el balón, se hizo notar. Distribuyó con precisión, buscó espacios, provocó infracciones y empujó a su equipo hacia el área rival. A cada toque, la hinchada local lo abucheó y seguía con rechiflas. Pero 'Aladino' no se inmutó.
La escena clave llegó cuando Carlos Zambrano, al intentar cortar un avance, impactó con el codo a un rival dentro del área. La jugada, revisada por el VAR, terminó en penal.
Christian Cueva enmudeció Matute
Tras la sentencia de los once pasos, Cueva se adueñó del balón. Lo acomodó con calma, miró de reojo a portero Viscarra y ejecutó con clase: balón a la izquierda, arquero a la derecha. Gol. El silencio se apoderó del estadio. Solo los gritos de los cusqueños rompieron la tensión.
Lo que siguió fue pura fricción. Varios jugadores de Alianza encararon al ‘10’, que respondió sin retroceder. Hubo empujones, gestos y reclamos. El árbitro intervino, pero el ambiente ya estaba caldeado. Incluso cuando el mediocampista se acercó a declarar para la prensa, las pifias arrecieron desde la tribuna.
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