Amenaza roja apunta al Congreso
“La idea es cómo combinas las formas de luchas legales, institucionales, con las formas de lucha masiva, semilegales e, inclusive, las ilegales”, dice ex cabecilla emerretista.
¿Existe una amenaza en el Perú sobre el resurgimiento del extremismo incluido el comunismo? La respuesta es sí, pero un importante sector de la opinión pública todavía no ve con claridad que quienes desfilaron por Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) siguen activos, y ya no apuestan por una lucha armada, sino por ganar la batalla ideológica copando cada vez más las instituciones del Estado, como ya sucede en el llamado sistema de Justicia, Educación, el sector social y Relaciones Exteriores.
Desde hace ya buen tiempo, circula en redes un video que en los últimas semanas cobró particular relevancia: el otrora cabecilla del MRTA, Jaime Castillo Petruzzi, habla sobre cuál es la estrategia que tienen actualmente los (ex)terroristas para reconstruir e instaurar su ideología comunista.
Castillo Petruzzi, quien entre la década de los ochenta y noventa tuvo el despiadado rol de secuestrar empresarios prominentes de la época y ponerlos en custodia de las “cárceles del pueblo”, traza la línea de lo que se pretende hacer para inocular las ideas sediciosas.
“Después de una larga lucha guerrillera donde usábamos todas las formas de lucha, nos hemos visto en la necesidad, nosotros, por nuestra realidad en Perú, de participar en la lucha electoral de carácter popular”, dijo al canal de YouTube Auna Chile.
El exoperador emerretista describió así cómo ellos compaginarán las fórmulas sangrientas de antaño con métodos disfrazados de legalidad o reciclados: “La idea es cómo combinas las formas de luchas legales, institucionales, con las formas de lucha masiva, semilegales e, inclusive, las ilegales”.
Agregó que existen varias banderas que enarbolar para emprender estas pugnas, que tienen como fin último destruir a las instituciones: “problemas de género, de la ecología, de nuestros pueblos originarios”, etcétera.
“No estamos hablando de lucha armada, por supuesto. Es otro momento. Hablamos de presencia de masa organizada en la calle que imponga al Estado sus derechos. Que le quite el Estado sus reinvidicaciones. Y eso solo lo logra nada más que la movilización popular”, sentenció el condenado por terrorismo.
Pero sus instrumentos no solo son los consabidos últimos temas “de género”, ligado principalmente a la educación, sino que las izquierdas recicladas han venido por años tratando de monopolizar los temas de la ética y la moral pública -incluido el manejo de la supuesta defensa de los derechos humanos- y la agenda socioambiental, sobre todo antiminera.
TAMBIÉN EN APURÍMAC
En Apurímac, Modesto Robles Quispe, activo miembro de la agrupación comunista Patria Roja, postula con Perú Libre al Congreso. El candidato es un activo militante del Movimiento para la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef), partido de fachada del grupo terrorista Sendero Luminoso. Estaría también vinculado al Comité Nacional de Reconstrucción del Sutep (Conare-Sutep), grupo magisterial ligado al senderismo.

¿ÉTICA O MORALINA?
Su política sobre su supuesta supremacía moral que caracteriza a todas las capillas y divisiones izquierdistas se sustenta en lo que llaman su actitud ética. En este punto toman como referente a Fidel Castro quien insistía en ese principio: “Un revolucionario puede perderlo todo, la libertad, los bienes, la familia, hasta la vida, menos la moral”, nos recuerda el brasileño Frei Betto, un fraile dominico que es el teólogo del liberacionismo latinoamericano en su ensayo “La crisis civilizatoria y el papel de la ética” (*).
Para este autor “sin ética no habrá avance civilizatorio. Sin ética, el hombre se convertirá, de hecho, en lobo del hombre. Sin ética, el capitalismo se fortalecerá, y la ambición de lucro y apropiación privada de la riqueza cobrará más importancia que la defensa y la preservación de los derechos humanos”.
Solo falta que Betto –cuyo verdadero nombre es Carlos Alberto Libânio Christo- aplique lo que él entiende por ética al expresidente Luis Inacio Lula da Silva, que está por volver a la cárcel por el consabido caso Lava Jato y otros mandatarios o exmandatarios vecinos del Brasil como son la Argentina de Cristina Kirchner o la Venezuela de Nicolás Maduro.
QUEBRAR EL MODELO
A propósito de las elecciones parlamentarias del 26 de enero de 2020, tras la disolución inconstitucional del Congreso de la República por parte del presidente Martín Vizcarra, el lector debería estar atento frente a los postulantes de izquierda reciclada que pretenden cambiar la actual Constitución, sobre todo el modelo económico, pese a que esta ha logrado reducir la pobreza de 50 % a 20 %.
¿Habrá candidatos que cojan las banderas que describió el terrorista Castillo Petruzzi para, por ejemplo, enseñar a los niños sobre sexo anal en textos escolares sin consentimiento de sus padres, argumentando que de eso se trata la igualdad de género? Todo indica que sí.
Estos, de llegar al Parlamento, poco a poco irán ganando terreno hasta destruir el modelo de economía social de mercado, en donde el Estado debería jugar nada más que un papel de árbitro. Lo que esta suerte de “socialismo del siglo XXI” busca, al contrario, es un Estado gigante que intervenga en todas las relaciones humanas, recortando así las libertades individuales.
El que pestañea pierde en esta confrontación ideológica que obviamente tiene como sustrato las ideas del comunista italiano Antonio Gramsci, para quien ya perdió vigencia la teoría de la toma del poder mediante la lucha armada sino que la nueva estrategia es el copamiento de los aparatos del Estado encargados de la formación de las mentalidades –como la Educación y las universidades- y otros aparatos coercitivos claves, como es la Fiscalía de la Nación y la misma Judicatura. Es decir, lo que Gramsci llamaría el control de la superestructura.
Y es que es evidente que quienes tanto daño ocasionaron al Perú, suscitando un clima de terror y desgobierno que se extendió por varios años de violencia terrorista, siguen firmes ya no en su intento de tomar el poder por asalto –como quiso Sendero Luminoso y el MRTA- sino en su cruzada ética o moralina de que “no habrá sociedad ética mientras haya capitalismo”.
Pero la “lucha amada” no está descartada para el cabecilla senderista Abimael Guzmán, quien lanzó su último augurio antes de ser puesto tras las rejas en septiembre de 1992.
“Si uno muere, esto [mis ideas] queda en los demás. Y eso nunca se va a borrar”, proclamó como mandamiento de fe el más grande genocida que ha tenido el Perú.
https://www.alainet.org/es/articulo/186816
DE "EXPORTACIÓN
“Existe una denominada Coordinadora Internacional por la Libertad de los Presos Políticos de América Latina y el Mundo, que es el nombre que le han dado, es una coordinadora de Sendero Luminoso cuyo objetivo es exportar el pensamiento Gonzalo y que hace poco realizó un congreso internacional en México, entre otros llevados a cabo, incluso, en Lima”, a firma Luis Alberto Sánchez Cáceres.

OTROS CASOS
Mirtha Vásquez, abogada de Aprodeh, ONG defensora de terroristas, ha estado involucrada en bloqueos de carreteras. Además, Zenón Chuquitapa (Arequipa) y Wilmer Antón Mayanga (Lambayeque), son candidatos que en anteriores oportunidades promovieron huelgas indefinidas en sus regiones.
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