ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Eduardo Ponce: “El Acuerdo de Paz fue sólido y eficaz”

El negociador del acuerdo que selló la paz con Ecuador, el 17 de febrero de 1995, narra pasajes inéditos sobre este proceso y los actores que contibuyeron al fin del conflicto.

Fecha Publicación: 16/02/2020 - 20:00
Escucha esta nota

¿Por qué la Declaración de Paz de Itamaraty es un acontecimiento clave en la historia de Sudamérica?
Por varios motivos. La coyuntura latinoamericana era muy grave porque acababa de producirse el llamado efecto ‘Tequila’, un problema económico-financiero originado en México que impactó especialmente a la región. La superación del conflicto bélico con Ecuador interesaba a todos los gobiernos de América Latina porque EE.UU. nos había propuesto negociar el ALCA, un acuerdo de libre comercio de gran interés para todos. Y la Guerra del Cenepa fue un factor de perturbación regional que incidía en nuestro relacionamiento político y diplomático con Brasil, Estados Unidos, Chile y Argentina, por ser garantes del Protocolo de Río de Janeiro.

-¿Qué ocurrió después?
Gracias a la Declaración de Paz del 17 de febrero de 1995 y a la Declaración que los garantes que yo exigí y que sus representantes suscribieran simultáneamente, pudimos iniciar el proceso de negociaciones que culminaron cuatro años después en Brasilia, con los acuerdos que se firmaron el 26 de octubre de 1998. La frontera fue demarcada totalmente mediante la colocación de los hitos según la delimitación pactada en el tratado de 1942 y el Fallo arbitral de Días de Aguiar en 1945.

-¿Cuál fue la estrategia que se utilizó para conseguir la paz?
La estrategia fue muy eficaz porque significó la valorización del mecanismo de los garantes y su compromiso de resolver un problema que nos acompañó desde el inicio de la República. Recordemos que durante 170 años, desde 1828 hasta 1998, cargamos con problemas que se entrelazaban y constituían verdaderas hipotecas territoriales. También teníamos disputas o entredichos con Colombia, Brasil, Bolivia y Chile.
Siempre habíamos negado que existiera problema limítrofe alguno con Ecuador dada la vigencia del Protocolo de Río.

-Ante ello decidieron presentar una propuesta integral...
La Propuesta Integral que presentamos en el Congreso del Ecuador en enero de 1992, en la primera visita oficial de un presidente peruano a Quito, fue decisivamente impactante. (Incluso, el entonces director de EXPRESO, Manuel D’Ornellas, la cubrió personalmente). La propuesta planteaba un peritaje técnico del Vaticano (para acotar el arbitraje papal que Ecuador propuso en las NN.UU.), un Tratado de Navegación y Libre Comercio y 37 proyectos de desarrollo e integración fronteriza.
Debido a ese avance los garantes nos propusieron negociar los “impases subsistentes” que impedían terminar la demarcación de la frontera y orginaban conflictos frecuentes con Ecuador.

-¿Qué contenía esa Declaración?
Mediante esa Declaración, los garantes minimizaron el “problema territorial” por el que Ecuador reclamaba. Perú aceptó de inmediato la invitación de los garantes a la conferencia de Río de Janeiro donde negociamos de 31 de enero al 5 de febrero. También, pactamos formalmente el cese de las hostilidades, pero el presidente ecuatoriano lo desautorizó. La negociación prosiguió en Brasilia hasta el 17 de febrero en que se firmaron las dos declaraciones a que me he referido, después de una negociación terriblemente dura y con muertos y heridos en el Cenepa, donde el heroico esfuerzo militar no logró sacar a las fuerzas ecuatorianas enquistadas en el valle del Cenepa. Era un peligro latente.

-¿Se podría decir que tenemos uno de los acuerdos más sólidos hasta la fecha?
Los acuerdos consagrados en la Declaración de Paz de Itamaraty y sus mecanismos de seguridad fueron tan sólidos y eficaces que permitieron mantener la paz a través de los cuatro años de las complejas negociaciones que culminaron en octubre de 1998 y la posterior colocación de los hitos froterizos faltantes.  Esa arquitectura de seguridad evitó la nueva guerra que estuvo a punto de estallar antes del 10 de agosto de 1998. Ese fue el día en que Jamil Mahuad asumió la presidencia del Ecuador con un discurso conciliador que permitió el acercamiento con Fujimori y, finalmente, la paz definitiva con nuestro vecino después de casi dos siglos de relaciones turbulentas. Perú y Ecuador son ahora socios fraternos y protagonistas de una vecindad muy rica en proyectos de desarrollo compartidos que enriquecen a los dos países.

EXPULSIÓN DE TROPAS INVASORAS

“Las tropas invasoras nunca fueron completamente expulsadas por la fuerza militar. Salieron en virtud de una compleja operación de separación de fuerzas por senderos delineados por los expertos militares de los garantes y, en especial, por el Comando Sur de los EE.UU. Su objetivo era evitar escaramuzas que renovaran las hostilidades. Las tropas se replegaron a puntos convenidos en Ecuador y Perú”, indica el diplomático peruano.

Puedes encontrar más contenido como este siguiéndonos en nuestras redes sociales de Facebook y Twitter.