Criminalidad se le fue de las manos al Gobierno: paro de transportistas perjudicó a miles de ciudadanos
Choferes bloquearon pistas con sus buses exigiendo mayor voluntad política del gobierno para detener tantas muertes.
El Gobierno de Dina Boluarte no fue capaz de restablecer el control en Lima, tras el bloqueo de las principales avenidas de la capital durante el paro que acataron ayer los transportistas ante la ola criminal que ya acabó con la vida de más de 42 conductores del transporte público.
Al cierre de esta edición, el premier Eduardo Arana y el director de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte (CIT), Martín Ojeda, anunciaron que la medida de fuerza quedaba sin efecto y que hoy se restablecerá el servicio de transporte público en Lima y Callao.
En reunión sostenida en la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), los gremios y el Gobierno acordaron instalar el martes 14 de octubre una mesa de trabajo con participación de la PCM y demás entidades públicas, así como las empresas de transportes, para abordar la problemática de la inseguridad en el sector.
El Poder Ejecutivo se comprometió a brindar el apoyo necesario a los conductores, cobradores y deudos de las víctimas de los actos delictivos.
Asimismo, coordinará con el Ministerio Público y el Poder Judicial la implementación de las denominadas unidades de la flagrancia, además del fortalecimiento del bloqueo de líneas telefónicas en los centros penitenciarios.
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A continuación, una crónica de lo sucedido este lunes en la ciudad capital.
El paro de protesta de los transportistas realizado ayer tuvo gran eco, y los grandes perjudicados, una vez más, fueron los usuarios: los ciudadanos que tuvieron que madrugar para poder tomar cualquier vehículo y llegar a tiempo a sus centros de labores, evitando descuentos en sus remuneraciones.
Muchos debieron pagar hasta 10 soles a los colectivos que “hicieron su agosto”, o viajar en buses repletos, apretados como sardinas en lata.
La muerte del chofer de la empresa Lipetsa “Triángulo”, Daniel Cedeño Alfonso, ocurrida el último sábado, y el ataque a balazos sufrido la noche del domingo por un conductor de la empresa Santa Catalina, quien se encuentra grave, colmaron la paciencia de los transportistas.
Por ello, decidieron apagar motores por 24 horas en protesta contra el Gobierno, al que acusan de falta de voluntad política para combatir la criminalidad.
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