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Desde una Biblia salió información vital para el rescate de los rehenes

Jóvenes emerretistas maldecían haberse involucrado en toma de residencia.

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Giampietri se comunicaba con el SIN a través de un transmisor instalado en la Biblia.  (Composición fotográfica)
Fecha Publicación: 27/01/2019 - 01:30
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A mediados de marzo de 1997, en circunstancias que monseñor Juan Luis Cipriani hizo un  enérgico llamado al gobierno y al MRTA para que flexibilizaran sus posiciones en aras de dar fin a la crisis de los rehenes, Vladimiro Montesinos se enteró que los reportes del almirante AP (r) Luis Giampietri Rojas se habían hecho imperceptibles.

Se le había recomendado que no moviese mucho la guitarra, pero pese a ello los mensajes llegaban entrecortados al hoy desactivado Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). La pila del trasmisor camuflado en el instrumento había perdido potencia.

Entonces Montesinos, que sabía el respeto con que Néstor Cerpa Cartolini presenciaba las misas oficiadas por Cipriani, envió – a través del prelado- una Biblia al ilustre marino y este sosteniéndola en su manos se paseaba  simulando leer salmos en las narices de los emerretistas, sin levantar la más mínima sospecha. Incluso los terroristas luego le preguntaban sobre pasajes del libro santo.

"Desde ese día -recuerda Giampietri-  me pasaba horas de arriba  abajo  con el libro. Eso era imposible con la guitarra. Además, mis comunicaciones eran más rápidas".

Cuenta que en abril recibió un mensaje vía beeper indicándole que se acercara a la ventana del baño del embajador que daba al jardín posterior de la residencia y moviera una toalla blanca con dirección  a la casa de enfrente. "Días antes habíamos notado ciertos movimientos en esa casa, por lo cual, con el comandante Heredia nos birlamos un prismático de los terroristas para ver claramente qué ocurría",  narra. Su sorpresa fue enorme al comprobar  que desde allí alguien los observaba también con prismático.

"Ese día me tranquilizó saber que nuestra gente estaba atenta y relativamente cerca. Sin embargo, la instrucción que me daban sobre acercarme a la ventana me pareció extraña. Me preguntaba si en realidad eran miembros de inteligencia y no periodistas que habían  interceptado  mis comunicaciones y  que querían enterarse de la identidad del contacto (...)". Pronto salió de dudas, eran del SIN.

Montesinos tomó sus previsiones ante la posibilidad de que fallase el transmisor instalado en la Biblia. La comunicación sería por la ventana. "Primero debía agitar la toalla blanca y luego responder a la pregunta que me enviaran Así, si la respuesta era afirmativa colocaba la mano con el dedo gordo hacia arriba y si era negativa, con el dedo gordo hacia abajo. Era evidente que el día "D"  estaba cercano", recuerda Giampietri.

 INFORMACIÓN RELEVANTE

Montesinos sostuvo en múltiples conferencias dadas para estrategas dentro y fuera del Perú que la información más relevante la proporcionó el almirante Giampietri. Por él se supo que los emerretistas, para mantenerse en forma, trotaban de 6:30 a 7:30 de la mañana. Luego, cantaban su himno y jugaban fulbito.

Durante ese tiempo (una hora)  sus armas quedaban al cuidado del "edecán", en el interior de una habitación del primer piso. También jugaban a partir de las 5 de la tarde convirtiendo ese tiempo en su mayor vulnerabilidad.

El domingo 23 de marzo  "Evaristo" y su banda no hicieron gimnasia y menos trote. Escucharon radio Libertad, donde se propalaba un programa  que recogía la opinión de sus oyentes. A las 11 y 30 de la mañana   monseñor Cipriani celebró  misa.  Era Domingo de Ramos, comienzo de Semana Santa.

"El que se acerca a Dios  en Cristo que es el hijo que ha enviado a la Tierra será salvo",  afirmó.  Ese día todos se sintieron miembros de una misma familia.

Al abandonar la residencia, Cipriani  dijo "que le agradaría  estar con sus feligreses en Ayacucho y que la Comisión de Garantes  y el observador continuaran su misión confidencialmente".

De otro lado, la información más importante de ese día - a criterio de Montesinos -  fue que le habían arrebatado al embajador Aoki  una radio que captaba las frecuencias  de televisión, valiéndose de "Leo", el más sanguinario terrorista del MRTA y que gozaba narrando como con un machete  decapitaba los cuerpos de los agentes del orden y luego les extraía sus vísceras. Lo hacía en voz alta entre carcajadas, pintándose por completo como un sádico.

 

 PROXIMA ENTREGA: LOS PLANES DE FUGA DE GIAMPIETRI.

 PRESIÓN Y EFECTOS

A las 9 de la noche del 26 de marzo Alberto Fujimori una llamada de primer ministro japonés Ryutaro Hashimoto, quien le dijo que estaba muy desalentado  por los resultados de  las negociaciones con el MRTA. "Si termina este incidente con varias víctimas,  las relaciones bilaterales también serán irreparables", advirtió el asiático.

Fujimori se mantuvo sereno, pero al día siguiente acudió al programa Buenos  días Perú de Panamericana Televisión y afirmó: "Las decisiones adoptadas por el gobierno  acerca del problema de las excarcelaciones  son permanentes y no presentan cambios. He trasmitido al primer ministro japonés Ryutaro Hashimoto que el marco es el mismo. La etapa de conversaciones preliminares  a llegado a su fin (...) quedan dificultades pero también hay un acercamiento  de ambas partes".

Cerpa  Cartolini reaccionó y lo hizo desde la cadena  WTN británica: "Quiero hacer un llamado de solidaridad con todos los que se encuentran recluidos en las cárceles (...)  comprendemos el sufrimiento por el que pasan los familiares de los rehenes (...) les pedimos que entiendan que la posible solución pacífica a esta crisis está en manos del gobierno, que  pasa por la atención de nuestra demanda planteada desde la toma de la  residencia (...)  afirmamos nuestra voluntad de lucha inclaudicable de continuar con nuestra  acción(...)”,  señaló.

Como bien lo explicó Montesinos en su oportunidad, por una parte estaba  el fundamento principista del Estado peruano de no ceder al chantaje del MRTA y de otra parte la posición intransigente de “Evaristo", exigiendo la liberación de medio millar de criminales, es decir, si el gobierno no cedía,  continuaba el cautiverio. Eran momentos de angustia para los prisioneros que no veían ni los más leves indicios de solución a su inhumano encierro, que cada hora que pasaba se hacía más intolerable.

 

 

CUADRO SURREALISTA

El 28 de marzo a las 11 de la mañana ingresaron a la residencia los facultativos Cortal y Suzuki pero los rehenes no aceptaron ser examinados, se mantenían retraídos y cabizbajos, elucubrando sabe Dios qué, Lo que motivó que horas después  ingresaran el embajador Vincent y el voluntario de la Cruz Roja Michel Minnig.

Lo que presenciaron fue un cuadro surrealista.

Por un lado Cerpa  y siete de sus secuaces jugaban tranquilamente fulbito  con una pelota hecha de medias  usadas y, por otro,  en la segunda planta,  personas con las miradas bajas  expresaban su desaliento.

A las 9 de la mañana del siguiente día, desde la cadena WTN  "Evaristo", anunció que  la solución planteada por Fujimori distaba mucho de los planteamientos del MRTA, que no existía ningún acuerdo  y que la solución pacífica  era lejana.

"Nosotros no estamos aquí para pedir asilo o salir al extranjero. Patria o muerte… venceremos”, dijo.

Horas más tarde - basado en la apreciación de inteligencia de Montesinos - el mandatario anunció, durante una entrevista televisiva, que el gobierno tuvo esperanzas de que la crisis de los rehenes llegara a su fin en Semana Santa, pero que las condiciones no se habían dado.

"No tenemos fecha definitiva de cuándo se solucionará el problema (...)  los miembros del MRTA que cumplen condenas no serán liberados (...)  los rehenes psicológicamente se encuentran muy débiles debido al prolongado cautiverio”, señaló.

 

 

DESESPERACIÓN

La sensación de desánimo  crecía acompañada de diversas manifestaciones  de desaliento. La mayoría de los cautivos se desconectó de la realidad y comenzaron  a dormir hasta 17 horas diarias. Otros pasaban horas haciendo gimnasia con frenesí. Otros prendidos de la  radio a la espera de buenas noticias, recuerda Giampietri.

El exrehén narra que desde el empantanamiento de las conversaciones entre el gobierno y el MRTA se vivía en una constante zozobra. "Las iniciales actitudes optimistas trocaron en mal humor e irascibilidad. Coloqué la Biblia con el mini trasmisor cerca de Cerpa para que Montesinos y su equipo de psicólogos y estrategas percibieran directamente el grado de ofuscación", dice.

Cuenta que una de las maneras como los terroristas desahogaban su indignación, ante lo que catalogaban de intransigencia del gobierno. era gritar insultos durante sus matutinos momentos de gimnasia.

En una ocasión cantaron : "Un mes no es nada, dos meses no son nada, seis meses no son nada,  un año no es nada, un guerrillero no se rinde".. Un oficial de la FAP estornudó estrepitosamente y no a causa de un resfrío.

Acto seguido "El Arabe" y "Tito" se acercaron a la habitación de la que provino el estornudo y amenazaron con "tomar medidas" si se repetía  un  ruido similar.

"Eso ha sido un estornudo y eso no se puede controlar. Ustedes nos provocan diciendo que un soldado si se rinde y otras cojudeces", les dijo el militar. Indudablemente ese hecho evidenció que  aquel rehén había perdido temor a la muerte.

VALOR DE GAMUCIO

Unos días después se produjo un grave incidente cuando "Salvador" profirió  soeces injurias contra Bolivia por no haber aceptado liberar a sus  compinches. a cambio de la libertad del embajador Jorge Gamucio.

Al oír tales expresiones, Gamucio se acercó al borde de la escalera, colocándose  al lado de un joven emerretista y alzando la voz dijo: "Baja y diles que son una sarta de maricones que sólo se atreven a insultar a mi país porque tienen un arma en la mano".

El terrorista bajó como quien se escapa del diablo y  se lo comunicó a "Evaristo". Lo sucedido fue trasmitido  de inmediato a Montesinos por Giampietri desde la Biblia.

"Algo grave puede suceder en cualquier momento, es necesario que estén alertas", transmitió.

Ya "Salvador" y "Evaristo" habían  ingresado violentamente  a la habitación del diplomático vociferando improperios. Luego se lo llevaron a empellones. Giampietri intentó impedir que lo bajaran pero le dieron un cachazo de fusil y quedó inmovilizado por el brutal golpe.  "Serás sometido a un juicio popular”, le dijeron amenazantes, pero Gamucio no se amilanó.

En tanto, Giampietri buscó a "El Árabe" con quien solía jugar dominó  y le dijo: "Se armó una bronca, si no quieres que maten  a  alguien y como resultado entre la Policía y nos saquen la mierda a todos, anda abajo y para la cosa".

El terrorista, al ver que todos lo observaban, se puso nervioso y rápidamente bajó, mientras los rehenes entonaban el Himno Nacional y luego empezaron a golpear el piso.

"Cantar somos libres era una forma de mostrar nuestra fuerza  y unidad, y desafiar a nuestros captores (...) subieron a tratar de poner orden pero la rebelión era total (...) nos apuntaron y rastrillaron sus armas (...) Viva Bolivia, viva Japón, viva el Perú, fueron los tres gritos que llevaron a Cerpa a devolvernos a Gamucio", narra Giampietri.

El interrogatorio continuó en presencia de todos. "¿Usted es muy macho embajador? pregunto Cerpa. "Cuando se trata de mi patria  ofendida, si lo soy. No sabe usted lo macho que podría ser si usted no tuviera un arma en la mano", respondió Gamucio.

Todos, empezando por Cerpa, quedaron perplejos: Se dieron cuenta que los rehenes  les habían perdido el miedo y se retiraron sin pronunciar palabra. Más tarde enviaron a "El Árabe" en misión de conciliador y este pidió que cuando se produjesen excesos se dirigieran directamente a "Evaristo" o a él.

"Ese día supe que le habíamos ganado la moral a los emerretistas. Se había invertido la figura y el grupo subversivo era nuestro rehén", afirma Giampietri.

 

PARA CERPA

“CALLEJÓN SIN SALIDA”  EN RESIDENCIA

Llegó el momento en que Cerpa se vio en un "callejón sin salida".  Por un lado sus lugartenientes que le exigían una mayor agresividad en sus pronunciamientos y por otro lado el reclamo de los jóvenes terroristas que maldecían abiertamente haber participado en la toma de la residencia y querían volver con sus familias. Ello debido a que monseñor Cipriani les hacía ver que de no llegar a una salida por su intransigencia, todos morirían.

 

 

 

 

CÉSAR REÁTEGUI

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