Recomiendan terapia psicológica o medicación para personas que intimiden con un arma
Especialista explica que este comportamiento es un acto narcisista, lo cual representa un peligro para la sociedad.
En referencia a los comportamientos del suspendido fiscal Lava Jato, José Domingo Pérez, conversamos con el doctor Carlos Vera Scamarone, médico psiquiatra y miembro de la Asociación Europea de Psiquiatría, a quien consultamos sobre los trastornos que padecería una persona que busca entrar a una entidad portando un arma de fuego, a pesar de contar con un grupo de personas que lo resguardan.
El médico especialista aclaró que tales conductas muestran un trastorno mental en el cual un individuo demuestra un patrón de comportamiento que viola los derechos de los demás, sin mostrar remordimientos o empatía.
Asimismo, resaltó que si una persona muestra un arma de fuego en un lugar donde no existe peligro, se traduce como un trastorno mental caracterizado por una grandiosidad exagerada, una necesidad de admiración y una falta de empatía hacia los demás.
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“Es una actitud narcisista en la cual personas que cometen este tipo de situaciones muchas veces se valen de impunidad. Por lo tanto, estas personas caen en un perfil sociopático donde, a pesar de que puedan representar la ley o no, de todas maneras, es una forma de intimidación”, explicó Carlos Vera a EXPRESO.
En ese sentido, recomendó llevar a terapia psicológica a quienes presenten este tipo de comportamientos.
También consideró que la persona podría ser medicada si el profesional de la salud mental detecta algún comportamiento anormal.
“Si una persona pasa por este asunto, lo primero que se debe hacer es tratar de aislar la situación, hablar con esa persona y, si es consciente de que el acto que hizo es punible, entonces puede recibir tratamiento ambulatorio o de pronto ir a psicología. Pero si esta persona no es consciente de lo que está haciendo, sí requiere ser medicado”, señaló.
Advirtió que estas personas serían peligrosas para la sociedad. “Se convierten en un peligro por más que ocupen un puesto que no implique mayores decisiones. De todas maneras, son un peligro para la sociedad peruana mientras sigan velando por sus propios intereses”, agregó.
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