Una crisis inédita en el sistema judicial peruano: reforma que se debe hacer
Para cambiarles la cara a jueces y fiscales que no reúnen conocimientos, entrenamiento ni experiencia en el cargo.
No existe metodología patentada para reformar una institución pública o privada. Los métodos de reforma se crean o se adaptan a las realidades nuevas, y la del sistema judicial peruano es ahora inédita.
Nunca como hoy tuvimos jueces y fiscales que no reúnen los requisitos de conocimientos, entrenamiento para el cargo, experiencia judicial, desvinculación político-partidaria, ecuanimidad, sobriedad, firmeza de carácter, salud mental, salud emocional, capacidad cognitiva, buen trato, templanza, respeto, integridad moral y vocación de servicio a la nación en el magisterio judicial, sino todo lo contrario.
Debido a la manipulación del nombramiento de los miembros del ex Consejo Nacional de la Magistratura, ahora Junta Nacional de Justicia (JNJ), hemos visto llenarse los cargos fiscales y judiciales en los últimos años con personas que afirman tener maestrías y doctorados, pero cuyo desempeño refleja que no están preparados para ejercerlos, y ni siquiera para atender con educación una fiscalía u órgano jurisdiccional.
Esto se evidencia en resoluciones fiscales y judiciales emitidas con dilación injustificable, con prepotencia y maltrato a litigantes y abogados, como si fueran dueños de la justicia perversa de ‘Der Prozess’ (‘El Proceso’) de Franz Kafka.
La captura política del sistema judicial
Parece como si un manto de injusticia hubiera cubierto las naciones —no estando exento el Perú— y que el mismo diablo hubiera utilizado políticos y partidos de capa oscura para elegir miembros del CNM y de la JNJ que colaboraran eficazmente en recomponer el sistema judicial con sus cuadros, para servir a perversos fines políticos.
Esto no solo ha sido provocado por intereses nacionales, sino también por intereses extranjeros que, usando operadores locales, han incorporado o captado en el sistema judicial cuadros serviles a los fines de la élite globalista.
Así se ha teñido la realidad judicial actual de jueces y fiscales “pro género”, “pro aborto”, pro organizaciones político-criminales, pro violación de derechos humanos con falsa justificación de prerrogativas de Estado para garantizar el “bien común”, la “salud colectiva” y el “orden social”, pro corrientes antijurídicas del Derecho, y sumidos en un activismo judicial amparado en la percepción de estar por encima de la Constitución y de la ley.
Digitalización sin acceso real a la justicia
Esto no se cambia con más recursos tecnológicos, mejor infraestructura, mayores sueldos, capacitación en avances jurídicos, modificaciones procesales o más personal. Puede visitar los modernos juzgados civiles de Lima, donde todo está digitalizado, incluso el ascensor. Si presenta un escrito en papel, lo miran como una aparición del siglo pasado, porque la Mesa de Partes tendrá que digitalizarlo y le pedirán volver en tres días para devolvérselo.
Poco importa si su demanda queda en calificación durante 3, 4, 5 o 9 meses. Si tiene suerte, en tres meses se la admitirán, pero le exigirán nuevas partidas electrónicas porque las que presentó “ya vencieron”. No importará si dejó de comer para pagar las copias certificadas y los aranceles judiciales: deberá conseguir nuevas partidas en 2 o 3 días bajo apercibimiento de archivo.
El juez que no escucha
Si desesperado acude al juzgado para hablar con el juez, le preguntarán si sacó cita por internet a través de “El juez te escucha”. Si no lo hizo, le negarán la entrevista. Y si logra la cita, encontrará a una docena de personas esperando. Una asistente les dará la misma respuesta: “Está pendiente, debe esperar”.
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Ante reclamos, lo derivarán al administrador o a la Autoridad Nacional de Control, que pedirá a los especialistas “por favor” que apuren el trámite. Así, el ciudadano se convence de que en el Perú el juez no te escucha, y que la modernización y digitalización no han facilitado el acceso a la justicia, sino que han levantado muros infranqueables entre el ciudadano y su juzgador.
El núcleo del problema judicial
Luego de haber participado en todas las reformas judiciales que se han hecho en el Perú, salvo la de 1825 promovida por Juan Manuel Lorenzo de Vidaurre, expongo lo siguiente:
El problema central de la administración de justicia en el Perú es el componente humano.
La solución radica en la selección y nombramiento de jueces, fiscales y auxiliares de justicia.
Las disfunciones se deben a la ausencia de controles efectivos del funcionamiento de los órganos fiscales y jurisdiccionales.
Propuesta de reforma
Reformar la Junta Nacional de Justicia (JNJ), modificando el procedimiento de nombramiento de sus miembros.
Evaluar de manera general a jueces, fiscales y auxiliares de justicia a nivel nacional, con participación ciudadana, para excluir a quienes no estén aptos.
Nombrar nuevos magistrados entre los mejores abogados del país, ubicados en el tercio superior de sus promociones, asegurando vocación judicial y capacidad.
Establecer un Sistema de Evaluación Permanente de jueces, fiscales y auxiliares, con participación de litigantes y abogados, en cumplimiento del artículo 139.17 de la Constitución.
En la práctica, esto reformará la administración de justicia desde el primer día de su implementación.
Busca consenso
La presidenta Dina Boluarte en su discurso por 28 de julio, planteó buscar un consenso para la reforma del sistema judicial en medio de investigaciones en su contra. La mandataria es investigada por los casos Rolex, cirugías, muertes en protestas, Cofre, entre otros.
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