Madre pierde extremidades por 'bacteria carnívora' y clama ayuda: “Necesito prótesis para cuidar a mis hijos”
Tragedia comenzó en diciembre de 2024 con síntomas que parecían una simple gripe.
Desde su cama en San Diego, Arisbeth Muñoz reconstruye su vida fragmento a fragmento. La madre de 39 años enfrenta uno de los mayores retos de su existencia: aprender a vivir sin sus piernas, un brazo y parte de su otra mano.
La tragedia comenzó en diciembre de 2024 con síntomas que parecían una simple gripe, pero que derivaron en una infección devastadora por estreptococo tipo A y posteriormente, en un cuadro de sepsis y fascitis necrosante, más conocida como bacteria carnívora.
“Después de estar perfectamente bien esa mañana, mi cuerpo ahora presentaba sepsis”, relató Arisbeth a la revista People.
Aquella tarde ingresó de urgencia con fiebre, vómitos y un fuerte dolor abdominal. Los médicos detectaron que la bacteria empezó a destruir los tejidos de su cuerpo.
Para salvarle la vida, el equipo médico optó por inducirla al coma. Durante ese periodo, sufrió un infarto, presentó hemorragias internas y sus extremidades comenzaron a necrosarse. Contra todo pronóstico, Arisbeth despertó en febrero de 2025. Lo que encontró fue desgarrador.
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“Vi mis brazos y piernas: oscuridad. Creo que fue una pesadilla”, recordó. Los doctores no tuvieron otra opción que amputarle las extremidades afectadas.
Pero su historia no terminó allí. En medio del dolor físico y emocional, esta progenitora hispana decidió seguir adelante por sus hijos.
“Ahora necesito desesperadamente prótesis para cuidar adecuadamente a mis dos hijos, Matthew y Enrique, quienes son autistas”, explicó en una publicación de GoFundMe, donde solicita apoyo para financiar las prótesis que le devolverían parte de su independencia.
El proceso de recuperación fue lento pero significativo. “Puedo comer sola y cepillarme los dientes sola. Puedo levantarme de la cama de lado”, compartió. Aunque sus logros parezcan pequeños, para ella representan pasos firmes hacia una vida con dignidad.
Arisbeth no solo busca movilidad, sino la posibilidad de seguir presente en la vida de sus hijos. Desea acompañarlos en sus terapias, en sus evaluaciones médicas y, sobre todo, seguir siendo su guía y sostén.
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