2022: año infame peruano
Ayer EXPRESO publicó una extraordinaria reseña del año infausto que, por fin, ya despedimos. Fueron 365 aciagos, exasperantes días por los que transcurrió la desgraciada vida de la inmensa mayoría de peruanos. Claro, con la única excepción de los miserables encabezados por el corrupto y golpista Castillo, y de quienes integran su organización criminal (a la que, de paso, la denominó “gobierno peruano”).
Ellos sí se pasaron la gran vida robándole a su nación y quebrando sistemáticamente el Estado peruano.
Su misión fue allanarle la vía a otra revolución castrista, que fueron construyendo con ayuda de presidentes sudamericanos marxistas. Como el reblandecido amlo de México, Petro en Colombia, Fernández en Argentina, Díaz Canel de Cuba, Ortega en Nicaragua, Maduro en Venezuela, Arce en Bolivia, Boric en Chile. ¡Estuvimos al borde del precipicio! ¡A punto de transformarnos en otra republiqueta sudaca a órdenes del totalitarismo comunista del tercer milenio! ¡Pero aún no cantemos victoria! Las fuerzas externas, aliadas a los traidores locales de esta izquierda vende patria -ideológicamente depravada, hasta aliada con sendero luminoso-, siguen al acecho, amenazando con nuevos incendios en las praderas peruanas. ¡Pero aquel éxito alcanzado hace tres semana fue crucial para la patria! Arrancó el 7 de diciembre pasado, cuando la gran mayoría de peruanos se vio respaldada por la señora fiscal de la Nación, las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, el Congreso, el Poder Judicial y todas las dependencias del Estado que ignoraron al golpista, ladrón y traicionero Castillo cuando ordenó clausurar el Congreso y poner a sus órdenes a todo el aparato Público. Un golpe de Estado al que este payaso denominó “reorganización”, siendo un flagrante golpe encubierto tras la palabreja disolver. Pero como todo lo que ha hecho durante su gestión Castillo no sólo lo hizo mal -sino muy mal- fracasó estrepitosamente. ¡Hoy está preso, convertido en un mamarracho de persona que no merece ni siquiera la menor consideración! Porque, recuerde, amable lector, ¡Castillo se alió al comunismo y es socio de sendero luminoso! Armó este tinglado presentando como “respaldo” suyo a las clases populares. Lo puso al mando de una chusma -organizada por el narcoterrorismo- para acompañarle como fuerza incendiaria para provocar el verdadero golpe de Estado que estuvo a punto de producir. ¡Pero que, por fortuna, falló! ¿La razón? Su apresuramiento y desesperación al lanzar una arenga golpista televisada –que quedó trunca-, asustado, porque la víspera surgieron pruebas –esa vez irrefutables- sobre sus latrocinios. Lo que habría llevado al Poder Judicial a solicitar al Parlamento que levante la inmunidad presidencial para apresar al mandatario, y evitar que el Perú siga gobernado por un delincuente en serie, como es Pedro Castillo Terrones.
Reiteramos. Nos esperan vientos de fronda que, probablemente, oscurezcan el horizonte y pongan a prueba la fortaleza de aquellos peruanos que repudiamos a un comunismo que, con toda energía, está decidido a capturar el Perú. Como pasó en Cuba, Venezuela, Colombia, Chile, Bolivia, Argentina, Nicaragua. ¡Pero resistamos cuantas veces sea necesario, señores! ¡Tal como lo hicimos derrotando al terrorismo maoísta de sendero luminoso!