«7 años», dirigida por Roberto Ángeles
La obra “7 años” es un sentido drama en el que se ven envueltos cuatro amigos que poseen una empresa de informática, llamados Marcel (el director), Carlos (quien atiende a los clientes), Verónica (la administradora) y Luis (inventor). Como el trabajo que realizan les demanda mucho tiempo y no perciben el dinero que desearían, deciden evadir impuestos, pero son rastreados por la Sunat y están ad portas de pasar los próximos siete años tras las rejas. Por eso, idean un plan: uno de ellos confesará ser el culpable de todo ante la policía para salvar al resto. Para decidir quién será el chivo expiatorio, contratan a un mediador o conciliador llamado José Vega (interpretado con mesura y maestría por Roberto Moll). Este esquema en el que un personaje impoluto y moralista desnuda a los demás, ayudándoles a mostrar sus más íntimas miserias, es recurrente en la dramaturgia mundial (en la escena local, hemos visto esta dinámica en obras como “Ha llegado un inspector” o “Brujas”). Es un personaje que representa la sabiduría y la experiencia y que nunca se deja llevar por arrebatos como ocurre con el resto del elenco.
En la obra, todos los miembros de la empresa creen formar parte de una familia unida por la más estrecha amistad, sin embargo, cuando se trata de salvaguardar la propia honra y la vida, las máscaras de todos caen al suelo y dejan al descubierto lo que realmente piensan, mostrando un cuadro pintado por la hipocresía y el interés, en el que los amigos solo se apoyan en este ajedrez llamado vida, en tanto puedan ser útiles el uno al otro, ya sea para brindar dinero, poder, placer o éxito. Una vez que se utilizan y ven que no pueden sacar más provecho, se alejan por mutuo acuerdo o son abandonados sin más. Es lo que le ocurre a Luis, personificado por el actor Jorge Céspedes Flores, quien demuestra una facilidad asombrosa para meterse al público en el bolsillo, sobre todo, en la escena en la que se confiesa de cara a las tribunas. Céspedes logra conmover de manera profunda, pues se siente traicionado y solo. Ese sentimiento de soledad es casi palpable y remueve fibras muy hondas en los espectadores.
La obra va hasta el 11 de diciembre y las funciones son los viernes, sábados y lunes a las 8 y 30 p. m. y domingos a las 7 p. m. en el Centro Cultural de la Universidad del Pacífico. Entradas en Joinnus.
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