Advertencia a los congresistas traidores
Por culpa de este Parlamento –parido a la imagen y semejanza del miserable Vizcarra quien, entre otras vilezas, prohibió de un plumazo que los congresistas sean reelectos- el Perú está estancado en medio de una crisis panorámica sin precedentes, pletórica de corrupción, desgobierno, polarización social y desconcierto ciudadano, camino a un horizonte de enfrentamientos cada día peores. Pero la cosa es más grave. Porque hay congresistas acuñistas, podemitas y acciopopulistas que respaldan esta corrupción. Y por hacerlo, cobran anualmente más de doscientos mil soles, pagados como sueldo por una sociedad hoy pauperizada. Los mandamases de APP, Podemos y AP apoyan a Castillo para que continúe arruinando nuestro país y destruya la economía popular. Por hacerlo, conminan al pueblo no sólo a remunerar a los congresistas que apoyan a Castillo, sino a sufragarles el sueldo a sus asesores, secretarias, choferes, porteros, etc. Estos partidos sostienen a un presidente cleptómano, decidido a convertir al Perú en la Cuba andina. Hoy estos tres partidos quedan advertidos: a menos que respalden la vacancia de Castillo, pagarán caro el crimen social que vienen perpetrando.
Por mucho menos indicios, sospechas y/o evidencias de corrupción que aquellas que transpiran Castillo y los miembros de la organización criminal que preside -según la imputación que le hace la Fiscalía de la Nación- muchos fujimoristas, apristas y gente que antes ha participado en gestiones gubernamentales, pero que no perteneció al ala izquierda, hoy sigue purgando cárcel. En otras palabras, la conducta cómplice de los acuñistas, podemitas y acciopopulistas les descalifica para conducir democrática y coherentemente un auténtico Congreso de la República.
Los congresistas de los tres partidos APP, propiedad de César Acuña; Podemos Perú, perteneciente a José Luna; y Acción Popular –donde nadie sabe para quién trabaja-que actúan como guardaespaldas de Pedro Castillo, han asumido el rol de defensores de la corrupción y, consecuentemente, de impulsores de la podredumbre como modo de vida para los peruanos. Una verdadera ignominia que manchará sus apellidos, para vergüenza de sus familias cuando sus herederos repasen -en los anales de la historia- estos hechos bochornosos.
Porque permitir que una nación legendaria como la nuestra caiga de manera tan vil en manos de una mafia de corruptos, además de incompetentes para gestionar el Estado, únicamente puede ocurrir porque su dirigencia política ha actuado de manera traidora. En este caso, porque algunos congresistas de oposición abrogaron de sus postulados, engañando al elector para recibir su voto pasándose luego cuales tránsfugas al oficialismo a cambio de obtener prebendas para ellos, sus familiares y amigotes.
¡Además de las canonjías que, como señalamos, perciben por su labor congresal! Muchos de ellos sin pergaminos profesionales ni aptitudes suficientes para entender el manejo de la cosa pública; otros portadores de una medianía apabullante; y muy pocos, poseedores del conocimiento e idoneidad que debe reunir el legislador.
Los congresistas a quienes nos estamos refiriendo, aún están a tiempo de deponer su alevosa conducta, votando con el patriotismo, la decencia, y con el coraje que exigen las difíciles circunstancias en que se encuentra nuestra nación.
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