¡Ajústense los cinturones, señores!
El presidente Pedro Castillo ha nombrado Director de Inteligencia al general (r) Wilson Barrantes, “que simpatiza con la línea dura contra el Congreso; un tipo muy radical, velasquista (…)” según revelan los entendidos. Leamos extractos de la entrevista que, en 2015, le hizo la periodista Anouk Guiné:
“(…) de 1963 a 1965 hubo dos procesos subversivos en el Perú. Uno frustrado, y el otro sí logró algunos resultados (…) lo importante que podemos rescatar es que los líderes subversivos de entonces pedían la nacionalización de las empresas y de las tierras, porque aquí había gamonalismo. Perú era una sociedad semifeudal y semicolonial. Entonces, la fuerza armada se da cuenta que el objetivo de los subversivos era justo (…) El General Juan Velasco inicia la reforma militar a través de un golpe de Estado (…) lo primero que hace es reivindicar ambos aspectos que eran demanda nacional (…) los especialistas dicen que si no se hubiera dado (el golpe velasquista) el costo de la guerra hubiera sido 500.000 millones de dólares y 250.000 muertos reales. Entonces, lo que se ha tenido que pagar por reparación a quienes se les ha quitado las tierras es muy inferior al costo que hubiésemos tenido, y además hubiéramos tenido un presidente que ya sabemos era Gonzalo (…) fue la primera derrota político-estratégica que la reforma militar dio a Sendero Luminoso.
“Durante el conflicto armado interno” (NO dice terrorismo), “nosotros entramos al año 1983 ya con un conocimiento de la realidad socio-política, aparte que habíamos tenido dos años de observadores y la experiencia de los 11 años de la reforma militar que nos permitió tener contacto del manejo de la sociedad (…) la Comisión de la Verdad empieza diciendo tonterías como que las fuerzas armadas no conocían el enemigo. Yo lamento la denominación “terrorista”. Nuestra doctrina de guerra revolucionaria establece la subversión como el arma predilecta de la guerra, por consecuencia son subversivos (…) En la condición de insurgentes, no usan uniforme. En la condición de beligerantes, sí (…) ¿Cuál fue la idea? (…) Se da el autogolpe Fujimori y para lograr afinidad con el mundo, asocias que en el Perú hay ‘terroristas’”.
“No existe pues ‘delito de terrorismo’ (…) tenemos una sociedad persecutora, criminalizamos el proceso subversivo y no estamos corrigiendo nada. Estamos poniendo en la agenda un hecho que ocurrió en el pasado y no tiene razón de ser de que lo estemos poniendo permanentemente”.
La orientación del contenido da una idea clarísima del por qué el presidente ha designado a Barrantes en ese cargo estratégico, en estos precisos momentos. Tome nota, amable lector. Lo que se viene en los próximos días es algo mucho peor de lo que acaso usted esperaba, incluso en el más grave de los contextos.
Si el Congreso no entiende el mensaje -nos referimos a que si no reúne los 87 votos para vacar a Pedro Castillo esta misma semana- pues esté usted seguro, amable lector, de que ingresaremos muy próximamente a una coyuntura igual o mucho más trágica que la de Venezuela.