Alarma: ¡el Perú al garete!
Pedro Castillo no gobierna! De acuerdo a la Fiscal de la Nación, Pedro Castillo aparece como presunto jefe de una organización criminal dedicada a robarle al Estado. En efecto, Castillo opera desde el poder Ejecutivo como el capo de una mafia aceitada con los recursos del Estado, e integrada por familiares (esposa, hija putativa, cuñados), ministros, secretarios, etc. ¡La mayoría de ellos pagados por el Estado! Unos trajeados de asesores, otros de congresistas tránsfugas y demás fauna de esa frondosa burocracia estatal. Consecuentemente, lo que hace Pedro Castillo es utilizar el fajín presidencial para comandar una camorra abocada a robarle a la ciudadanía, fingiendo contar con un gobierno integrado por un poder Ejecutivo (gabinete ministerial, premier incluido) que no sirve para gobernar sino para proteger, a modo de escudo, a un aparato político abocado a convalidar las acciones de la mencionada organización criminal, cuya única misión consiste en estafar a los peruanos. Lo reconfirma el reciente recambio ministerial en el sector Salud, donde en lugar de llevar a un experto en Sanidad Pública, Castillo ha impuesto a una operadora politiquera de su patrón, Vladimir Cerrón. La hoy ministra se llama Kelly Portalatino.
Según Sunedu, “bachiller en medicina humana con diploma de cirujano emitida por la Universidad San Pedro (¿?) a la que se le ha denegado la Licencia institucional correspondiente debido a que no ha demostrado el cumplimiento de las ‘Condiciones Básicas’ establecidas en la Ley Universitaria.“ Imposible que a semejante atentado se le pretenda calificar como “gobernar” el país. ¡La OEA está política -y éticamente- obligada a tomar debida nota de semejante escándalo!
Apostilla. Petroperú es otro agujero negro en el Estado. Según Carlos Paredes, ex presidente de la petrolera estatal –un ente propiedad de todos y por tanto propiedad de nadie- “la empresa está capturada por los sindicatos”, a cuyos dirigentes solamente “les interesa sacarle las mayores sinecuras posibles, una estabilidad eterna en el empleo, y garantizarle poco trabajo a un personal muy mayor (…) más del 30% supera los 60 años de edad y el 20% más de 65. Vale decir, tecnológicamente desfasados (…) De 2,700 empleados sobran 900, por lo menos”. El presidente del Directorio gana S/ 28,000 soles al mes; la gerente general, Beatriz Fung (ingresó en la gestión de Castillo), S/ 58,000 mensuales. Es más, los sindicatos acaban de “cerrar el pliego de reclamos” con la empresa (S/ 3,000 mensuales de incremento, homologación de salarios y encima seis mil soles por “cierre de pliego”). Como si el personal hubiera trabajado extra a lo largo del cierre del mismo. Una insolencia. ¿Razón? Toda empresa pública les interesa un caracol a sus presidentes, sus directores y gerentes. La prueba está en que durante medio siglo de existencia Petroperú ha sido ineficiente; por tanto deficitaria y un lastre para el ciudadano. De ser privada hubiera quebrado al primer año por los multimillonarios déficits que genera. Aparte, amable lector, usted es víctima de algo todavía mucho peor: ¡Petroperú es culpable de que usted consuma uno de los peores y más caros combustibles del planeta!
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