Camino a la cubanización
Cada día que pasa, cada hora que avanza se consolida el régimen comunista presidido por Castillo. Y simultáneamente, se desintegra frente a nuestros ojos la democracia y el Estado de Derecho que tanto tiempo y sacrificio nos costara recuperar. En unos casos por estupidez, y en otros por interés, son muchísimos los congresistas culpables de esta forzada, temeraria cubanización de nuestro país, sin que la mayoría de los peruanos entienda la magnitud de la catástrofe que estaría a punto de estallar delante de sus ojos, y cuya continuidad pudiese perdurar muchas décadas. La inmensa mayoría de los peruanos ha perdido el sentido de la realidad, frente a quien -como Pedro Castillo, complementado por una organización criminal- les agrede mañana, tarde y noche, trasgrediendo las leyes, violentando la Constitución y desgobernando, amparado en la impunidad que le franquea la banda presidencial que, espuriamente, luce. Castillo hace lo que le viene en gana. Utiliza los recursos del Estado en beneficio propio, de su parentela, de sus amigotes, y del clan delincuencial que le asiste. Cada día son más graves -y se multiplican- sus abusos como dictadorzuelo. Ejemplo, usar el avión presidencial para sacar solapadamente a un perseguido por la Justicia. Como su sobrinejo Fray Vásquez Castillo, hoy prófugo porque desapareció en Chiclayo tras aterrizar en la nave presidencial que, de manera ilegal, abordó en Lima amparado por su tío. ¡Nada menos que el jefe de Estado, quien debería velar porque todos cumplan la ley y se sometan a la Justicia! Su inconducta es muestra más que evidente de que, como mandatario, le ha perdido el respeto a los peruanos. Porque a nombre de ellos, como buen cínico y sinvergüenza que es, delinque constantemente sin mostrar el más mínimo pudor. Otra prueba de la esquizofrénica conducta de Castillo es su desvergüenza, y el desparpajo con que se comporta ante las Fuerzas Armadas. Cierto es que, como cabeza de un régimen comunista -y líder sindicalista de un gremio afín a sendero luminoso- Castillo repudia a los militares. Su objeto es sustituirlos por milicias armadas, consciente de que se lo permitirá aquella indolente sociedad peruana. Por eso sigue colocando a militares y civiles de confianza suya en estratégicos puestos de nuestros institutos castrenses. Como Daniel Barragán, el ahora ministro de Defensa, quien postulase en 2021 a la segunda vicepresidencia del país por el partido político de José Vega Antonio, íntimo de Antauro Humala. ¡Convencido de que puede engañar a una mayoría demasiado necia, infiltra en las FFAA a un ministro de Defensa amigo nada menos que de Antauro Humala! El asesino de policías y enemigo público de las Fuerzas Armadas, hoy libre y declarando, públicamente, que volvería a asesinar a nuestros uniformados tal como hizo en Andahuaylas. Somos víctimas de la vileza y prepotencia de un tipejo apellidado Castillo que avanza sin oposición (salvo pocos medios, como EXPRESO) en su frenesí por cubanizar el país, apoyado por una mafia de legisladores tránsfugas vendidos al Ejecutivo quienes, simultáneamente, se aprovechan de esa escasa capacidad de indignación del peruano contemporáneo.
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