Confabulando contra la democracia
La arremetida caviar –contra el avance de la verdadera democracia– se concentra hoy en deslegitimar la justa investigación dispuesta por el Congreso al ex Consejo Nacional de la Magistratura, ahora Junta Nacional de Justicia (JNJ) porque, de modo flagrante, todos sus miembros han cometido una falta grave perpetrando una infracción constitucional, al imponer la interpretación auténtica –estilo Fujimori para el Tribunal Constitucional– de la ley que establece en 75 años (cinco más de lo que dicta para los demás funcionarios estatales) el tope para que Inés Tello, integrante de la JNJ, continúe conformando dicho organismo, ¡pretendiendo quedarse hasta cumplir 80 años de edad! La cofradía caviar tiene alcance internacional, como indica el apoyo que ha recibido –sobre el tema– de las asimismo caviares ONU y CIDH. Al respecto, el jurista Enrique Ghersi manifiesta: “Nada en el derecho internacional autoriza semejante injerencia. No hay supragobiernos en la actual legislación del derecho internacional clásico.
Lo que sucede es que el propio derecho internacional está siendo reemplazado por los ‘derechos humanos’, una estratagema puramente política para someter a alguna autoridad foránea a los gobiernos nacionales. Y las potencias coloniales de nuevo cuño ahora ya no son imperios, sino burocracias no electas por nadie. Tampoco triunfantes en una guerra. Son el desafío ideológico de determinados grupos políticos que intentan imponer un sistema global no elegido que conculque las libertades de los estados nacionales”.
Otro ejemplo de la ofensa a nuestra democracia por el batallón caviar extranjero es esa guardia pretoriana que resguarda a Jose Luis Salas Arenas, cuestionado sujeto que preside el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), desde que la CIDH conminó al Estado peruano a asignarle 20 policías para resguardarlo, en perjuicio de miles de ciudadanos que dejan de recibir vigilancia policial en sus barrios para favorecer a un cuestionado exdefensor de terroristas, empernado al cargo, quien en aquel infausto proceso electoral 2021 aprobó que participe una plancha incompleta; aparte con una de sus integrantes constitucionalmente impedida de hacerlo por ser empleada de Reniec, facilitando el triunfo electorero del comunismo.
Apostilla: Existen vínculos entre los actuales integrantes de la Junta Nacional de Justicia y gremios políticos que coparon al Jurado Nacional de Elecciones (JNE ) y la Defensoría del Pueblo, gracias a jueces que resuelven a favor de sus intereses. Una sentencia de amparo del polémico juez John Paredes Salas respaldó a los cófrades de la Junta Nacional de Justicia, Imelda Tumialán, Aldo Vásquez, Henry Ávila, Antonio de la Haza, María Zavala, Guillermo Thornberry e Inés Tello. Paredes se hizo popular cuando, en 2020, “anuló” el proceso electoral del Colegio de Abogados de Lima para designar a su representante en JNE, dejando al Jurado con cuatro de cinco miembros. Salas Arenas aprovecharía esta “ocasión” para imponer su doble voto, como presidente del JNE, y entre otros hechos, oponerse a que el Jurado confronte la firmas de centenares de miles de actas viciadas con los padrones de Reniec, consolidando la presidencia del Perú al comunismo, vía Pedro Castillo. Lo demás es historia.
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