Confesiones en el convento Santo Domingo
[8:27 a. m., 21/2/2020] Harold Alva: Caminando por el Centro histórico de Lima te cruzas con ciudadanos de todo el mundo. La alta afluencia de turistas a nuestra ciudad es notoria y alentadora. Nuestros visitantes sufren asombrados el infernal bullicio circundante, sin imaginar la creciente inseguridad. Felizmente pasan desapercibidas para ellos después de las vivencias agradables e inolvidables al visitar nuestros atractivos históricos. Uno de esos paraísos dignos de mencionar es el Convento de Santo Domingo de Lima.
Durante el recorrido, se aprecian piezas originales del siglo XVI. En sus paredes resaltan los azulejos traídos desde Europa y cuadros de la escuela cuzqueña. Qué decir de las capillas y salas dedicadas a los Santos Dominicos del Perú, la cripta de Santa Rosa de Lima y la capilla con la tumba de San Martín de Porres y Juan Macías. Es posible acceder a la Torre de la Basílica con sus 46 metros de altura desde cuya cúspide se puede observar el puerto del Callao. Especial mención merece la Biblioteca que alberga diversas joyas bibliográficas de los padres dominicos. Su techo artesonado es un mosaico con miles de piezas de madera talladas a mano con magistral habilidad. No olvidemos que en estos claustros se fundó la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
El padre Luis Enrique Ramírez, director del Museo, Karla Espinoza su administradora y un equipo comprometido hacen todos los esfuerzos para que la experiencia sea memorable: por ello han concebido un recorrido, por sus 16 ambientes, con una visión museográfica. Toda la visita es guiada por cada espacio de ese silencioso edén, donde sus reliquias y tesoros artísticos llenan de orgullo y satisfacción a quienes vivimos en esta ciudad.
Al abandonar el convento, seguro recordarás una de las estrofas del himno de la Orden Dominica: “Yo tengo un hábito blanco/ como una vida que empieza/ que por amor a la muerte/se cubre con capa negra”. Al igual que el convento de Santo Domingo, en nuestra ciudad existen espacios que destacan por su belleza y valor histórico sobreviviendo al tiempo, a la indiferencia y el abandono de nuestras autoridades y de nosotros los peruanos. Sin embargo, no todo está perdido. Tenemos siempre la oportunidad de reencontrarnos con nuestra historia, que sólo se encuentra al alcance de nuestra decisión.
¡Visítenlo cuanto antes!