Continúa degradándose nuestra patria
Comentábamos ayer el lamentable deterioro que ha sufrido nuestra sociedad, como consecuencia de haberle impuesto la cultura caviar sus paradigmas de lo “políticamente correcto y moralmente casto.” ¡Las consecuencias saltan a la vista! Toledo, Humala, Kuczynski y Castillo fueron elegidos por una sociedad enferma, producto de la prédica caviar intoxicada por la ponzoña de esa “nueva izquierda diseñada por los laboratorios comunistas financiados por las grandes fortunas internacionales, dedicadas a hacer caja vía la elusión fiscal de unas donaciones para causas sociales.
Si como está comprobado, aquellos siete presidentes destruyeron tanto al Estado de derecho como a la democracia, los congresistas que les acompañaron completaron el plan de transformar al país hasta convertirlo en republiqueta bananera. Repasemos el inventario. Tuvimos siete presidentes y cinco parlamentos en siete años de presuntos ‘tiempos democráticos’. ¡Además, dos golpes de Estado intermedios!” Pero son muchos más los síntomas de la descomposición de nuestra sociedad.
El año 1998, este país reventaba de indignación tras haberse destapado el affaire de dos o tres parlamentarios -presuntamente de oposición- que acabaron “captados” a través de coimas por el entonces régimen fujimorista. Caso emblemático fue el del, en ese momento, congresista Alberto Kouri, recibiendo efectivo en un sobre que le entregó Vladimiro Montesinos “para que vote por el oficialismo”.
¡Pasó a ser el apestoso del barrio! Y luego se le sumarían uno o dos colegas más. Década y media más tarde, 23 congresistas –de Acción Popular, Podemos, Alianza para el Desarrollo, etc.- resultaron coimeados por el régimen Castillo. ¡Y durante año y medio, se negaron a aprobar la vacancia del golpista/mitómano/corrupto Castillo, incumpliendo los acuerdos y programas de sus correspondientes agrupaciones políticas! Consecuentemente, estos 23 legisladores son -directa e irrefutablemente- coautores del desastre en el que se encuentra nuestra patria, a resultas de aquel año y medio de desgobierno que hemos soportado de este miserable cleptómano y delincuente constitucional, ahora tras las rejas.
Estos 23 tránsfugas son quienes aplaudieron a Castillo para que coloque al Perú al borde de ser Venezuela ll, y convalidaron que Castillo cometa decenas de comprobados actos de corrupción a través de la organización criminal que expresamente instituyó con familiares y amigos para robarle al Estado. Todavía siguen pasando piola estos “legisladores”, burlándose delante de millones de peruanos que, en lugar de estar indignados con ellos y con Castillo, lo toman como algún hecho corriente dentro del folklore político.
La degradación de nuestra ciudadanía ha llegado al tal extremo, que una abogada que funge de congresista llamada Kelly Portalatino, pronunció la siguiente frase sin pestañear “No me queparía duda que estean haciendo…” Si este ejemplo de incultura –fue transmitido por televisión- proviene nada menos que de una legisladora -que asimismo exhibe una patente como doctora en medicina-, ¿qué podríamos esperar del pueblo? El país ha sido sostenidamente intoxicado por aquella mafia caviar, responsable de haberse constituido en modelo único de lo políticamente correcto y moralmente ejemplar, a costa de politizar y transformar la enseñanza pública y privada con adoctrinamientos ideológicos, establecidos sobre una ficción probadamente opuesta a la verdad.
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