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Crisis con futuras consecuencias electorales

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Fecha Publicación: 13/11/2023 - 23:00
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El Perú ha regresado a sus viejas épocas de pobreza, de retroceso y desinversión. Consecuentemente, a aquellos tiempos aciagos del malestar social, inestabilidad generalizada y, subsiguientemente, de crisis total y agudización de las pendencias entre pobres y ricos. La situación no es nueva. ¡Ni mucho menos sorprendente! Lo que sí resulta indignante es la falta de reflejos del régimen Boluarte, desde que se hiciera cargo del caos en que dejó al Perú quien fuera titular del gobierno anterior. Es decir su exjefe; tanto como expresidenta al igual que como exministra suya en dos carteras. Porque, a esta explosión de miseria en todos los rincones del país se le ha sumado un huracán de inseguridad capitalina jamás antes vista en el Perú. A Boluarte todo esto se le dijo, se le insinuó, se le aconsejó, se le apremió para que adoptara medidas muy urgentes, y evitar el hundimiento de la nave bajo su mando. ¡Pero no hizo caso! Más interesante le resultaban la fanfarria, las zalamerías y los viajecitos.

En pocas palabras, la frivolidad del poder que deslumbra, particularmente, a los neófitos. Hoy, ya sentada en palacio de gobierno, Boluarte sencillamente no sabe qué hacer. ¡Muchisimo menos cómo y cuándo hacerlo! Aparentemente ella espera un milagro que la salve del incendio que ha atizado con tanta improvisación, fruto de su absoluta desconocimiento de las artes de gobernar. Más grave aún fue hacerlo con un país envuelto en llamas como el que dejara aquel golpista, ágrafo, corrupto Castillo, exsocio suyo. El Perú le dio una oportunidad a Boluarte para que deshaga el entuerto dejado por su predecesor en el cargo. Lo que ella debió hacer como presidente –se le dijo en todos los tonos– fue extirpar a esas decenas de miles de malandrines, pro terroristas, rateros e incendiarios que Castillo dejó sembrados en el Estado como una verdadera bomba de tiempo.¡Pero Boluarte no hizo caso! Hoy, estas alimañas defensoras de su (¿ex o acaso actual socio?) le han paralizado todo el accionar a su gobierno impidiendo que los decretos, así como sus órdenes, se cumplan obligatoriamente en todo el aparato estatal.

El pesimismo es, hoy, moneda común entre los peruanos; con el gravísimo corolario que aquello acarrea. Por tanto, generar confianza y despertar entre los peruanos el interés por invertir, habiendo muchos profesionales jóvenes expatriados, tanto desilusionados como asustados, ante un eventual retorno del totalitarismo que mostró sus colmillos con el miserable Castillo, es y será tarea herculana para todo gobernante. ¡Porque los peruanos siguen demostrando estar frustrados –además de furiosos– de seguir siendo presididos por mandatarios improvisados y timoratos!

Esta realidad complica seriamente la coyuntura a futuro, con una presidente neófita rodeada de ministros que no ofrecen confianza. Por el contrario, generan temor en momentos en que este país necesita una inmensa inyección de inversiones. Y más grave todavía, agravando la inestabilidad estando próximos a entrar al año en que empezarán a formarse las propuestas presidenciales/parlamentarias que postularán en el proceso electoral que arranca el segundo semestre de 2025.

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