Descalzo y sin rumbo

Habiendo pasado doce días de la presentación del premier en el Congreso, vemos a un gobernante que con terquedad sigue imponiéndonos a cuestionados ministros en su gabinete. Sería preferible pensar que lo hace por prepotencia y no por complicidad. Parece haber llegado al Gobierno teniendo compromisos pendientes con personajes que aparentan tener un enorme “rabo de paja”.
En sólo seis semanas de gestión, la gente que endosó su voto a Pedro Castillo se comienza a impacientar. Engañados y defraudados protestan por los altos precios de los alimentos y el gas. Ahora pagamos precios de países ricos, en un país pobre.
Ha decepcionado la adhesión de AP y APP, al poner en el Congreso sus votos en el lado equivocado. En vez de jugársela por el Perú han preferido apostar por un incierto proceso electoral del 2022. Darle gobernabilidad a Castillo ha fortalecido el “cerronismo”, que ha llegado al Gobierno para dinamitar la democracia, incendiar los partidos políticos, viciar los procesos electorales, imponernos funcionarios mediocres, cerrar el Congreso, cambiar la Constitución y perpetuarse en el poder.
A pesar de que esta “película” ya ha sido estrenada antes, sin éxito, en Venezuela, Bolivia, Cuba y se está exhibiendo en este momento en Argentina y Chile, en nuestro país todavía vemos y leemos a periodistas, analistas y a algunos líderes políticos que ilusamente creen que Castillo, sin Cerrón, podría virar el timón de un camión cargado con un ideario explosivo, si cediera la conducción de su gobierno al poder caviar, quienes mantendrían a Castillo sólo en la foto del poder.
Tenemos un gobernante-candidato que desenfocado y sin rumbo reta a sus adversarios a debatir descalzos, creyendo que los problemas del país se solucionan quitándose los zapatos, cuando en realidad se generan porque hasta ahora ha mostrado que tiene poco debajo del sombrero.
No esperemos un pronunciamiento firme del gobernante en temas sensibles. En su discurso de antenoche no fijó posición ante el machismo abusivo, a pesar de tener madre, esposa e hija. No deslinda de la subversión manteniendo a funcionarios que aparecen vinculados en atestados policiales. Desestabiliza nuestra economía al no ratificar a Julio Velarde.
Las protestas se escuchan cada vez más cerca de palacio de gobierno.
Lamentablemente en este momento sólo tenemos cincuenta valientes votos en el Congreso, que no son suficientes para impedir que por ahora siga gobernando la prepotencia, la provocación, la intolerancia, la ineptitud, la violencia y el terror.
La calle no se cansa, no se rinde, ni se amilana ante la amenaza de perder libertades y derechos. A pesar de que este gobierno no lo merece, seguiremos perseverando para encontrar una salida legal que nos permita lograr el anhelo que retumba fuerte en las calles: ¡SOLO FALTA QUE SE VAYAN!

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