Dinamita mojada
Por Mile Cacic
Después de semanas de violencia subversiva en las que todo el Perú ha sido testigo de cómo estos delincuentes han asesinado policías, destruido aeropuertos, incendiado propiedad pública y privada, bloqueado carreteras entre otros gravísimos delitos, debe quedarnos absolutamente claro, especialmente al gobierno, que el fenómeno que estamos viendo no tiene nada que ver con manifestaciones reivindicativas de ningún tipo. Esto es violencia política organizada de claro origen terrorista apoyados por sus cómplices que ocupan cargos dentro del congreso y algunos grotescos personajes que ocupan la presidencia de países capturados por la nefasta ideología del Socialismo del Siglo XXI, cuya punta de lanza es Evo Morales. Frente a esta situación que atenta contra la seguridad nacional, el gobierno ha reaccionado con tibieza, y en lugar de cumplir a cabalidad con el mandato constitucional de restablecer el orden con el uso legítimo de la fuerza del estado, ha preferido mandar a la policía desarmada a enfrentar a estos delincuentes que los atacan con armas letales con un saldo a la fecha de decenas de policías heridos, lo que ha despertado la indignación de todos los peruanos que hoy se preguntan si esta tibieza no tendrá su origen en algún tipo de afinidad ideológica con los que hoy siembran el caos y la destrucción en el país. Señora Boluarte, no se puede renunciar a la legítima defensa de la patria, que en su caso, más que un derecho es una obligación, porque usted es la Presidenta del Perú y por tanto la responsable de defender a la sociedad de los agresores que pretenden destruirla a diario. El gobierno es el responsable de evitar que los agresores causen daño a las otras personas que viven en medio de los desmanes y la violencia provocada por la subversión, para eso la constitución le señala la obligación de proteger a la sociedad y la vida de los ciudadanos haciendo uso de las armas del estado para neutralizar al agresor, quien con sus actos violentos y fuera de la ley amenaza a los demás y se expone a sí mismo a las consecuencias que incluso pueden ser mortales y como en cualquier estado de derecho, si esto ocurriera, la responsabilidad es exclusivamente del agresor y no de las fuerzas del orden ni del estado.
Cuando usted aceptó un cargo de tanta importancia como la Presidencia Constitucional de la República se obligó, desde ese momento, a cumplir con la Constitución, a defender a la nación de los enemigos externos e internos, a tomar decisiones por difíciles que estas sean, en suma, se obligó a gobernar. Entonces gobierne y restablezca el orden. En las actuales circunstancias el gobierno no puede mostrar debilidad ni dar la imagen de una democracia boba incapaz de defenderse y menos hacer creer a los violentistas que podrían doblegar al estado. Tampoco se puede exponer al país a una situación límite en la que la gran mayoría de los peruanos, cansados de estar secuestrados por una gavilla de delincuentes subversivos decida hacer justicia por mano propia.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.