¿Domingo Pérez tiene corona?

La norma obliga a los jueces y fiscales del Perú a someterse a una serie de exámenes, tanto para su ingreso a la Judicatura como para renovar su permanencia en ella. Sin embargo, bajo excusas o subterfugios, hace siete años que el fiscal Domingo Pérez Gómez se resistiría a pasar la prueba psicológica. ¡Y no pasa nada! ¿No es esta, acaso, una anormalidad? “Todos los fiscales y jueces que no hayan pasado por proceso de ratificación en los últimos siete años, ahora lo deberán hacer”, acaba de dictar la Junta Nacional de Justicia (JNJ).

Entre ellos el mediático José Domingo Pérez, informaba ayer dicho organismo. ¿Por qué no lo ha hecho antes? ¿Por qué esperar hasta el último minuto? ¿Acaso para fabricar alguna excusa para NO hacerlo? ¿Qué corona tiene puesta Pérez? Las únicas que sí se le conocen bien son las de la prepotencia y el figuretismo. ¡Pero no quisiéramos creer que la Junta Nacional de Justicia convalide, de facto, sin tomarle el examen de ley, a quien actúa tan desafiantemente siendo fiscal principal –desde hace cinco años– en el mayor escándalo de corrupción que registra nuestro país! Alguien que, junto con su jefe, el también fiscal preeminente Rafael Vela Barba, ha sido capaz de suscribir un pacto secreto con la corruptora Odebrecht, cuyo contenido desconocen los 33 millones de peruanos. Aunque los hechos revelan que. esa contratista, que ha sobornado a medio Estado, aun así habría sido exonerada de muchos casos.

¡Quizá los más flagrantes en perjuicio económico y reputacional causados al Perú! ¿Cómo entonces Pérez podría darse el lujo de NO pasar una prueba mandataria por ley o, finalmente, darla al ultimo minuto? Esto último revelaría algo muy sospechoso, tanto por parte de Pérez como de los integrantes de la JNJ. Inclusive este periódico informo hace semanas que el abogado Humberto Abanto había denunciado que algunos de los funcionarios –encargados de los casos emblemáticos, el principal de los cuales es Lava Jato– no habían sido evaluados en estos últimos siete años.

“Las pruebas psicológicas y psicométricas sólo tendrán un valor referencial en la etapa de la deliberación del Pleno para efectos del pronunciamiento final de ratificar al aspirante”, dicta el artículo 58 del mencionado documento. Es más, sospechosamente en víspera de cumplirse dicho plazo –sin que Pérez se haya sometido a la prueba obligatoria– este fiscal encargado, entre otros, de investigar los procesos emblemáticos conocidos, como la Interoceánica Sur, los Peajes de Odebrecht los ‘Cócteles’ del fujimorismo, etc., intentaría dejar el Ministerio Publico para postular al cargo de juez superior.

Apostilla. Otra prueba que tendría que pasar Pérez ante la JNJ es la de “productividad”. Y si por algún favor o milagro pasase la prueba psicológica, evidentemente la JNJ no podría aprobar el test de Productividad para la trayectoria de Domingo Pérez. ¡Cero casos judicializados en cinco largos años de acusaciones inconclusas! Adicionalmente en la ruta habrían prescrito sendos casos. Por otro lado, ¿cómo pretendería la JNJ medir la productividad de Pérez Gómez, existiendo aquel pacto secreto que suscribió con Odebrecht?

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