¡El desgobierno más absoluto!
¡Este país no da más! Su sociedad vive sometida a permanentes amenazas del gobierno, habiéndose generalizado un nivel de estrés ciudadano que frena toda iniciativa. Empezando por una total paralización de las inversiones, que daña el desarrollo de cualquiera actividad socioeconómica, principio elemental para el sostenimiento del Estado. Seguido por una crispante efervescencia social cada vez más masiva y compulsiva, que amaga convertirse en una protesta violenta contra el terrible estado de cosas al que ha llevado al país la atrabiliaria gestión Castillo. Coyuntura que en vez de mejorar, amenaza agravarse con los días. ¡O hasta con las horas! La nunca bien aclarada renuncia del ministro de Defensa, y la designación de una persona de las canteras velasquistas como nuevo jefe de la DINI, le agregan dinamita al trepidante espectro sociopolítico. Agudizar el de por sí manoseado y peligroso juego con las Fuerzas Armadas que impulsa este gobierno, no sólo implica un riesgosísimo factor de inseguridad nacional. Expresa, también, las vedadas intenciones golpistas de un gobierno inviable, que busca salvarse de un sinnúmero de delitos. Desde comprobados síntomas de mega corrupción, hasta interpretar –inconstitucionalmente- la Carta Magna, auto proclamando en qué instante al Parlamento le niega la confianza al poder Ejecutivo. O pasando por otra trasgresión constitucional, como es abandonar por completo las riendas de lo que significa gobernar nuestra nación. Esta es la estrategia que utiliza el régimen Castillo para defender a un jefe de Estado investigado por la Fiscalía, y al séquito de crápulas que le acompañan en este desgobierno absoluto.
La única preocupación que demuestra el oficialismo es la de una soledad cada día vez pasmosa. Se limita a exhibirse rodeado de masas de gente atrabiliaria, a la cual contrata con dineros del Fisco para instalarla en el patio de Palacio de Gobierno (mostrando machetes y rostros afiebrados) eructándole frases biliosas a la inmensa mayoría ciudadana desencantada del gobernante. Una masa que crece cada día y dice representar, asimismo, a las personas que nunca votaron por el tirano Castillo. Nos referimos cuando menos a aquel ochenta porciento de peruanos que JAMÁS le eligieron en la primera vuelta y empataron en el repechaje. ¡Así que, presidente Castillo, no venga usted con palanganeadas de apoyo popular, como si esta tuviera una mancha que le aplaude! ¡Todo lo contrario! Salvo esa pandilla de contratados por el Estado que le palmotea adonde usted llegue, el pueblo peruano no tiene la más pálida simpatía por usted ni por los incapaces miembros de su gobierno. Evidentemente, el objetivo de la gestión Castillo es someter al pueblo, agudizando su miseria, para luego convertirse en salvador, regalándole dinero del contribuyente etiquetado como “bono” para comprarle aplausos con dádivas. ¡Vale decir, destruyendo lo poco que queda de patrimonio nacional!
Si los congresistas que insisten en votar contra la vacancia del aún presidente Castillo son tan incapaces de no comprender esta realidad, querrá decir que: 1) son una manga de ineptos; 2) una partida de corrompidos, a quienes Palacio sigue comprando el voto con dinero del contribuyente; o 3) ambas taras.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
