El esperpéntico
El 20 de diciembre de 2016 Pablo Sánchez, por entonces fiscal de la Nación, nombraba al Fiscal Superior Hamilton Castro para que conforme la “Comisión Especial Lava Jato” que investigaría el “affaire Odebrecht”. Castro designaba a Rafael Vela Barba y Domingo Pérez como parte del equipo que se encargaría del mayor escándalo de corrupción que registra la República.
El 27 de julio de 2018 el entonces fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, encomendaba a Castro investigar el caso de Lavado de Activos de los ex presidentes Toledo, Humala, Kuczynski; y a Vela Barba con otros seis fiscales –entre quienes estaba Pérez–, abocarse a investigar los procesos por Corrupción de Funcionarios.
¡Ya desde entonces existían discrepancias entre ambas coordinaciones! Incluso Chávarry precisó entonces que uno de los objetivos de aquellos cambios era que “desde hoy no habrá más secretismo”, refiriéndose a un pacto oculto suscrito por Vela Barba y Pérez Gómez con Odebrecht. También por entonces Yeni Vilcatoma y Katherine Ampuero, ambas procuradoras del Estado, acusaban al fiscal Castro de encubrir a Susana Villarán.
Sirva el encabezamiento para precisar el escenario en el cual nace el infausto grupo especial “Lava Jato”, integrado por la hollywoodense parejita de fiscales Vela Barba y Pérez Gómez. Cinco años más tarde, su desempeño presenta un resultado calamitoso para los intereses del Estado; aunque muy favorable para Odebrecht, OAS, Graña y Montero y demás constructoras mafiosas.
¡Aparte de beneficioso para los ex presidentes Toledo, Humala, Kuczynski, Vizcarra, y la ex alcaldesa Villarán! ¿La razón? ¡Los fiscales Vela y Pérez no les investigaron por organización criminal! ¡Como si hicieron con Keiko Fujimori, por ejemplo! Vale la observación porque sin haber ejercido cargo alguno en el Estado, Keiko ha soportado prisión preventiva durante más de un año; en contraste con los ex presidentes y la ex alcaldesa, quienes sólo han permanecido pocos meses tras las rejas. ¿Por qué?
Al respecto, escuchamos mencionar a la ex alcaldesa Villarán, gran corrupta, “sólo me arrepiento de no haberme sincerado antes, contando lo que hice”. ¡No, señora Villarán! Usted no lo contó obviamente porque pensaba que el país no iba a enterarse de sus inmundicias. ¡Pero no hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague! Aunque alertamos que, habiendo revelado su crimen, usted sigue libre manipulando políticamente para buscar impunidad.
Que es su mayor aspiración. ¡Pero deshonrada está usted! ¡Y bien escarnecida, como lo merece! Sólo hace falta que con usted sean encerrados sus viciosos cómplices Marisa Glave Remy, Augusto Rey Fernández, Paola Ugaz, Jaime Salinas, Anel Townsend, Jorge Nieto Montesinos, etc. La precisa información de EXPRESO del día de ayer no deja espacio a dudas a que, en algún momento, se cumplirá.
Al final del día la investigación fiscal del “caso Lava Jato” ha demostrado ser un monumental escándalo, que continúa manipulado para masacrar al fujimorismo y al Apra; salvándole la espalda a quienes desde comienzos de siglo respaldan legal, financiera como mediáticamente a la izquierda corrupta, como alternativa política para su futuro. Castillo es una manifiesta demostración de aquello.
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