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El fujiaudio

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Fecha Publicación: 21/12/2019 - 21:40
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Nunca olvido un interesante apunte que hizo el desaparecido colega Ismael León cuando Alberto Fujimori pretendió retornar al Perú desde su cómodo asilo en Tokio el año 2005 y solo encontró vicisitudes legales que se iniciaron con su detención en Santiago de Chile hasta su arribo a Lima para ser juzgado y condenado por varios delitos.

“Fujimori se sobreestima – me dijo Ismael – y hasta se cree un estratega cuando ese papel siempre lo ejerció Vladimiro Montesinos en su entorno. Fujimori, para el bien y para el mal, es nada sin la ayuda de Montesinos”.

Hay mucho de cierto es en este comentario que los hagiógrafos del ex presidente intentan ocultar luego de la escandalosa caída del régimen 1990-2000. Idealizado por sus virtudes metódicas, el expertise matemático y la frialdad con la que tomaba decisiones, se oculta sin embargo el alto nivel de dependencia que tuvo Fujimori del asesor en los detalles procedimentales para alcanzar sus objetivos. Montesinos no solo creaba las necesidades y perfilaba la agenda política del fujimorismo. También complementaba al ingeniero en la ejecución de los planes utilizando – como todos recordamos – armas legales e ilegales que brotaron de su empoderamiento sin límites, el cual le permitió subordinar a las más importantes instancias públicas y privadas.

Traigo esto a colación luego de conocido el audio de un diálogo telefónico privado entre Fujimori y el aspirante a una candidatura por Puno, Crisóstomo Benique, en una de cuyas partes el ex rector de La Molina dice a su interlocutor: “yo lo voy a guiar, yo soy experto en estas cosas pues; yo le he echado el ojo”.

No creo pertinente semejante autobombo. Carece de fundamento en la desastrosa realidad que, para empezar, sufre la última expresión partidaria del fujimorismo, Fuerza Popular, que resultó incapaz de administrar su mayoría en el Congreso y dividida por los mismos hijos del patriarca fundador. En segundo lugar, por la increíble falta de control sobre la confidencialidad de sus conversaciones y la extrema confianza que le prodiga a un casi extraño, nada menos que un individuo llevado a las huestes fujimoristas por el inefable Moisés Mamani, viva encarnación de la felonía anti albertista.

El nuevo Secretario General de FP, Luis Galarreta, justifica la intervención del ex mandatario en la conformación de las listas de postulantes como una clara imagen de unidad detrás de éste. Ya no existirían las alas keikistas ni kenyistas sino un solo fujimorismo bajo el auspicio inspirador del líder histórico. Argumento débil frente a un hecho de previsibles consecuencias negativas hasta para el régimen carcelario de Fujimori.

De los vladivideos al fujiaudio. Hay quienes no aprenden la lección.