El futuro de Urresti
ONPE aún no termina de computar el resultado de las elecciones de hace una semana. Presumiblemente porque su jefe, un tal Corvetto, estuvo ocupadísimo negociando con El Comercio la compra de un terreno, por el que ha hecho que el Estado pague S/50 millones al grupo periodístico. Según las malas lenguas, se trataría de un quid pro quo. Recordemos que El Comercio no publicó una sola línea sobre las sospechas de dolo electoral en que habría participado ONPE. Corvetto no entregó el padrón electoral a aquellas personalidades que, documentadamente, reclamaban por los indicios del fraude que dio ganador a Pedro Castillo. Esta demora repercute negativamente entre la gente, siendo un componente más de tensión para una sociedad ya de por sí muy contrariada.
Mientras Crovetto deshoja margaritas, el candidato Daniel Urresti se comunicó con su contendor, Rafael López Aliaga, para felicitarle como ganador de dicha contienda. Gesto caballeroso que le enaltece y que merece destacarse. Urresti es general del Ejército en retiro, víctima desde hace décadas del acoso de una mafia caviar defensora de los derechos humanos de los terroristas. Porque, amable lector, los caviares jamás ejercieron este mismo apostolado para los uniformados. Repasemos si no el ejemplo de Urresti. Hace casi cuatro décadas lo persiguen de manera feroz, abusando de su fuerza dentro de la Fiscalía de la Nación y el poder Judicial, cotos que los caviares manejan como propios. Esta casta privilegiada solamente se ha dedicado a proteger, repetimos, a los terroristas. No así a los militares ni a los policías que defendieron a la sociedad durante el sanguinario cuarto de siglo en el que, sendero luminoso y mrta, asesinaron a decenas de miles de ciudadanos, e inutilizaron muchos miles de millones de dólares de infraestructura pública y privada.
Tras jubilarse de la vida militar, Daniel Urresti Elera ingresó a la arena política como ministro del Interior; posteriormente, ha sido congresista. Hombre astuto, profesionalmente preparado; para unos nefasto -sobre todo para los caviares-, pero de buen talante para la opinión pública, Urresti, nacido en 1956, no deja de ser una carta apropiada en la vida política peruana. Actualmente, interviene como dirigente de Podemos Perú, el partido de José Luna Gálvez, agrupación que viene caracterizándose por respaldar nada menos que a Pedro Castillo, imputado por la Fiscalía por presumiblemente dirigir una organización criminal, hecho sobre el cual cada día que pasa afloran nuevas pruebas corroboradas. Castillo, además, tiene como consigna convertir al Perú en una Cuba andina, transformándonos en Estado totalitario donde no existan democracia, libertad, derechos humanos ni partido políticos independientes. Consecuentemente, de no enmendar rumbos Urresti –y el propio Luna Gálvez-, el futuro de la carrera política de ambos quedará trunco y posiblemente acaben sus días condenados y en prisión por presión de los caviares, castillos, cerrones, bermejos, etc.
Perú no quiere ser víctima del comunismo sudaca, socio del terrorismo contra el cual combatió Daniel Urresti. El tiempo se acorta para librarnos del desastre. Urresti puede y debe aprovecharlo, consiguiendo que Podemos Perú enmiende rumbos democráticamente, para evitar el desastre nacional.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.