El hierático ministro Pérez Reyes
El señor Raúl Perez Reyes es ministro de Transportes y Comunicaciones. Aunque, no se si le sucederá lo mismo a usted, amable lector; pero, desde tiempos del saurio Vizcarra los gabinetes ministeriales los conforman sujetos cuyos nombres no sólo no significan nada, sino que su estadía en el cargo es tan efímera que el cerebro decide que, ni siquiera, vale la pena incorporarlos a la memoria. Tanto que, en este caso, decide ignorarlo por su pétreo silencio acerca de la manera en que su sector pretende solventar el gigantesco problema relativo al tráfico de grandes volúmenes de carga que, pronto, empezará a llegar al nuevo y gigantesco puerto de Chancay procedente de China.
Para lo cual, urge organizar el pase de camiones de enormes dimensiones por el diminuto pueblo de Chancay; asimismo de salida de esa ciudad hasta encontrar un futuro empalme con la carretera Panamericana Norte, desde donde se desviará parte de la carga hacia el Norte del país; aunque la mayor parte del cargamento emprenderá rumbo al Callao; eventualmente Pisco y otros puertos del Sur Chico. Por tanto, ese ramal Chancay-Lima (fundamentalmente su pase por Pasamayo y el tramo Ancón Lima) generará un extraordinario volumen de tráfico de inmensos camiones, sobre una pista –que fue carretera Panamericana Norte– ahora convertida en vulgar avenida con semáforos cada dos o tres kilómetros, en notable estado de abandono. Y luego, llegando a Puente Piedra, el transportista optará por: 1) seguir por la carretera Panamericana Norte (repetimos, convertida hace décadas en avenida); o 2) virar por el desvío a la avenida Néstor Gambeta, donde la pista soporta apenas camiones ligeros, dado que existen tramos en que dicha pista se derrumbaron hace cinco años; ¡y hasta hoy no nos reparadas! (¿lo sabrá Pérez Reyes, el ministro); para, finalmente desembocar en otro enjambre de tráfico ya local, como el trecho final de la avenida Gambetta. Por el tiempo de demora y deterioro causado a los vehículos usados para trasladar la carga, el flete que cobran los transportistas probablemente sea, estamos convencidos, de los más costosos del planeta.
Hablamos entonces del suplicio en que se transformará un tramo de apenas sesenta kilómetros para trasladar, desde Chancay al Callao y viceversa, la carga que arribe de China, cuyo destino sea Lima u otras reparticiones del Sur del Perú; así como aquella carga almacenada en Callao, pero cuyo destino sea China. Para lo cual, ésta última necesitará ser transportada –al mismo alto costo– hasta Chancay, por la avenida “ex carretera Panamericana Norte”.
Hace ya demasiado tiempo venimos sugiriendo reactivar la vía férrea entre Lima-Chancay-Huacho-Pativilca, como alternativa practica –pero sobre todo económica– que asimismo permitirá para descongestionar el actualmente infernal tránsito terrestre, aliviando la vida a millones de peruanos que cotidianamente usan este tramo carretero. No obstante, este gobierno permanece sordo, mudo y ciego. ¿No es así ministro Pérez Reyes? ¿Por qué guarda hermético silencio? ¿O quizá hoy usted ya no sea más el ministro de Transportes, y nadie se ha dado cuenta?
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