El Perú y la OCDE
Por Óscar Maúrtua de Romaña
El pasado 4 de octubre, el Presidente Pedro Castillo dirigió al Secretario General de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Mathias Cormann, una carta mediante la cual reafirmó la voluntad del Perú de ser parte de este organismo de gran influencia global, integrada por 38 países de mediano y alto desarrollo.
La membresía del Perú en la OCDE es una voluntad política de Estado que forma parte de nuestra agenda de política exterior orientada al desarrollo. El ingreso a la organización no es un fin en sí mismo, sino parte de un proceso que busca contar con un Estado gestor eficiente que ofrezca servicios accesibles de calidad en educación, salud y justicia, entre otros; y contribuya a cerrar las brechas de desigualdad estructural, a fin de alcanzar un desarrollo inclusivo y ambientalmente sostenible, orientadas al bienestar del ciudadano.
Por otra parte, la membresía a la OCDE abre las puertas a mayores oportunidades de inversión, flujo de capitales, innovación y transferencia de conocimiento, necesarios en la creación de empleo, el tránsito a una economía digital y el aumento de ingresos que ayuden a incrementar la calidad de vida de los trabajadores, así como de sus capacidades.
De la misma manera, ser parte de la OCDE contribuye a proyectar nuestros intereses en el escenario global, complementando el trabajo que venimos realizando en APEC, la Alianza del Pacífico o el Acuerdo Amplio y Progresista Transpacífico (CPTPP); así como tener el reconocimiento del organismo y sus miembros respecto a valores fundamentales que compartimos sobre Democracia, el respeto a los Derechos Humanos y la vigencia del Estado de Derecho.
En ese sentido, esta capacidad y voluntad del Estado peruano ha sido plasmada en el “Plan de Trabajo de Vinculación del Perú con la OCDE”, que prioriza la gobernanza, el crecimiento económico y el desarrollo social. Como resultados concretos tenemos nuestra adhesión a instrumentos relevantes sobre cohecho, antimonopolio y asistencia mutua fiscal, así como un estudio sobre la gobernanza del agua. Actualmente, venimos trabajando en materias de acceso a una justicia efectiva y educación.
Este objetivo de formar parte de la organización es una tarea que cuenta también con el apoyo del Legislativo, a través de la Comisión Especial de Seguimiento de la Incorporación del Perú a la OCDE (CESIP), de carácter multipartidario, señal fundamental de que existe un consenso nacional respecto a esta aspiración.
La OCDE también es relevante para el Perú en los desafíos que venimos enfrentando como resultado de la pandemia, mediante acciones de cooperación a fin de mitigar los efectos de la covid-19 y tener una mejor comprensión científica del virus. De la misma manera, contribuye a alcanzar una recuperación económica integral y una “nueva normalidad” que sea equitativa, sostenible y resiliente.
Este desafío de ingresar a la OCDE es grande y complejo, y requiere del compromiso de todos los actores relevantes de nuestro país que aspiramos a tener un Estado eficiente al servicio de los ciudadanos. Todo ello nos permitirá conseguir una gobernanza que promueve un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y la economía.
Canciller de la República
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