El retorno celeste de Augusto Effio
Augusto Effio es un escritor que se ha hecho esperar. Ha pasado poco más de una década, desde que publicó «Lecciones de origami» (Matalamanga, 2006), para que publique el libro de relatos «Algunos cuerpos celestes» (Peisa, 2019). Son apenas seis relatos con los que el lector queda convencido de que Effio es un autor importante. Tiene estilo. Los adjetivos no solo describen a los personajes, definen situaciones, narran en sí mismos.
En esta época en la que los escritores parecieran querer reducirse a técnicas (o artificios) y a un lenguaje correcto y suficiente, lo de Effio es volverse a encontrar con un escritor. Pero más allá de este elogio a su trabajo, me ha interesado muchísimo el contexto de corrupción en el que se mueven sus personajes.
Cada uno de estos es ajeno a lo considerado como bueno, son delincuentes en buena cuenta. Sin embargo, ninguno de ellos se enorgullece o culpa sobre su realidad. Lo toman como un oficio en el que son habilidosos, si quieres prestigiosos; pero nunca marginales, nunca extraños en la sociedad. El autor lo define como «moral cínica que hace juego con nuestro espíritu chicha».
Es como si la conducta moral fuera un mito, incluso la culpa. Pareciera acusar al abrazo cálido del cinismo en el que todos andamos envueltos. El optimista negará, asegurará que es solo una perspectiva; pero todos los demás solo podremos decir que, lamentablemente, así somos.