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El tiro por la culata

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Fecha Publicación: 07/10/2022 - 22:00
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Anthony Blinken, el Secretario de Estado de los Estados Unidos presente ayer en Lima, debe de haberse quedado pálido tras leer la portada de EXPRESO, cuyo titular fuera “Nada lo Salva (ni la OEA)”, refiriéndose a la grave situación jurídica y política en que se encuentra el todavía presidente Pedro Castillo. La información en primera página de este periódico resumía, además, algunos de los aspectos saltantes de las imputaciones que hace sobre Castillo la Fiscal de la Nación (equivalente al Attorney General en Norteamérica), respaldadas por abundantes, contundentes indicios y evidencias recogidas a lo largo de estos dos meses y medio corridos desde que, con fecha 21 de julio último, formulara la primera de sus –hasta ahora- seis denuncias preliminares contra Castillo. La información abridora de la edición de ayer de EXPRESO contiene un resumen categórico respecto a la resolución de la Fiscal de la Nación que acumula varias carpetas –como el affaire del Puente Tarata con el robo a Petroperú- en las que, según el Área de Enriquecimiento y Denuncias Constitucionales de la Fiscalía, una mafia palaciega habría utilizado el mismo modus operandi “puesto que se habrían pretendido copar (los mencionados estamentos del Estado) con funcionarios afines a sus intereses (los de la organización criminal) de absoluta confianza para, a través de ellos, controlar y direccionar distintas licitaciones pública a favor de empresarios que servían a la citada organización.” Al efecto, la decisión de la Fiscalía de fusionar carpetas obedece a una simple economía procesal, teniendo todas ellas a Pedro Castillo como presunto autor de delitos contra la Administración Pública y Tráfico de Influencias agravado, delitos que habrían sido cometidos por él como mandamás de una organización criminal instaurada en el aparato estatal. La imputación también acusa al presidente por otro delito: contra la tranquilidad pública, en la modalidad de presumiblemente dirigir una organización criminal de la que asimismo formarían parte el prófugo ex ministro de Transportes, Juan Silva, y dos sobrinos del presidente: Fray Vásquez Castillo y Gian Marco Castillo Gómez. Los avance de la investigación logrados hasta ahora revelan que, aparte de las pesquisas realizadas por la Fiscalía, existe un caudaloso flujo de información proporcionada por testigos que han decidido contarlo todo, para salvarse de acabar imputados y/o para reducir el peso de su complicidad en esta indiscutible trama delincuencial.
Asesorado por el inefable Harold Forsyth, el aparato comunista sudaca le armó a Castillo la reunión de la OEA, con la cual aquel hombre que vistiera sombrero alucinó tonificar su hoy inexistente imagen presidencial. ¡Pero el tiro le salió por la culata! En pleno festival de huachafería y nadería –en eso se han convertido las reuniones de la OEA-, el Ministerio Público del Perú lanzó un misil cargado de verdades de hondo calado, que han acabado con el engaño mundial al que está habituado a mantener el todavía presidente Castillo. Ahora mismo la Casa Blanca ya debe haber asimilado, de manera más clara, la magnitud de la ruma de corrupción y de mentiras que hunde al actual presidente del Perú.

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