ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Enésimo fracaso

Imagen
Fecha Publicación: 03/06/2024 - 21:10
Escucha esta nota

Han probado todas las fórmulas (¿faltará alguna más?) los clubes peruanos cada vez que se han clasificado a torneos internacionales. Desde décadas atrás se reclamaba que el “fútbol peruano es desorganizado” o que “no tiene nivel” y que había que hacer obligatoriamente cirugías para intentar acercarse a los más pintados.
Las teorías sugeridas como recetas eran disímiles: “fortalecer las instituciones” porque “no hay clubes, sino equipos con camisetas”, invertir en traer “jugadores calificados” o “promover con seriedad la formación de divisiones menores”.
La propuesta que faltó fue volver a tener a un peruano en la presidencia de la CSF o a algún ex árbitro dirigiendo la antigua Comisión de Reglas y Arbitraje, para ver si nos daban una mano como cuando ganamos el sorteo de la prefinal de la Copa América del año 1975.
Se han ido pasando los años y como quien no quiere la cosa, este 2024 hemos quedado por la “pata de los caballos” con todos nuestros representantes eliminados en ambos certámenes, hablamos de Copa Libertadores y Copa Sudamericana. Esta vez hasta instituciones que trabajan con mayor dedicación caso de Sporting Cristal y FBC Melgar fueron prematuramente expectorados por equipos bolivianos para luego sumarse Universitario y Alianza Lima, sin pena ni gloria.
Nunca antes que se recuerda, por añadidura, entró tanto billete por derechos de televisión que paga la Conmebol. O sea que desde hace unos años sentíamos más solidez económica y financiera, sin pasar las angustias tan comunes en épocas pretéritas, lo que sin embargo no se traducía en mejores resultados en el campo de juego.
Además, un ingrediente vital que no debemos dejar de mencionar. El inmoderado precio de las entradas y la masiva respuesta del público hizo que se viera con otros ojos cada participación internacional. Era acaso la “gallina de los huevos de oro” instalada en nuestras precarias instituciones y la pugna por llegar a tener esa chance de jugar la clasificación era el menú apetecido en los torneos locales.
Sin embargo cuando se hace un análisis de este reciente y rotundo fracaso volvemos a ver esas frases llenas de “falsas verdades” porque nos sustraen de lo sustantivo y de decisiones equivocadas, principalmente partiendo de contrataciones poco felices y de renovación de plantillas al peso, sin percatarse que no pueden haber buenos resultados si se modificaba “a ciegas” todo un grupo humano.
Seguramente los memoriosos serán más objetivos que otros y agregarán los desaciertos en los nuevos directores técnicos, generalmente en manos de foráneos, pero a la vez no faltarán los escuderos asegurando que esta vez “casi casi” clasificamos y que “nos faltó muy poquito”.
No dejemos en el aire otro hecho visible. Los entrenadores contratados recibieron a fardo cerrado el listín de jugadores llegados por recomendación de sus dirigentes o administradores. Tremendo enredo e inaceptable intromisión.
No quisiéramos arruinar la evaluación de nuestros clubes y su atrevida misión, pero es hora de hablar con auténtica seriedad frente a lo que tenemos delante de nuestros ojos, una película repetida hasta la saciedad, que con los mismos actores y siempre con un epílogo sino igual, al menos muy parecido.
No hay otro libreto renovado, los argumentos son idénticos y las carencias se replican cada temporada. No hay nada que rescatar pese al empeño desmedido de quienes hacen gala de solemnes balances. Las frustraciones son como estrellarse en la pared y quedar groggy a tal punto de no saber cómo reaccionar, porque hemos quedado mareados y sin palabras.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.