Equilibrio estratégico
Los luctuosos hechos de violencia que se vienen registrando en el Perú en los últimos meses, pasaron de la crisis al conflicto y luego a una insurrección con ribetes de terrorismo. Lo grave, a criterio de analistas de Terrorist Incident Working Group (Grupo de Trabajo sobre Incidentes Terroristas), es que los neomarxistas están tras bambalinas y obedecen a consignas del Grupo de Puebla –EXPRESO denuncio hace más de tres años en uno de sus informes dominicales– y han logrado lo que Abimael Guzmán no logró en doce años: el Equilibrio.
Estratégico, como se le conoce en términos militares. Guzmán desde el inicio de sus acciones genocidas efectuó una campaña psicológica causando desazón y zozobra en las comunidades campesinas, especialmente de Ayacucho Apurímac y Junín, donde sus secuaces degollaron niños y dieron cruel muerte a hombres, mujeres.
Pero, la respuesta fue el rechazo de la población, y la creación de las rondas campesinas que apoyaron al Ejército y fueron factor determinante en su derrota.
Pero esta vez nos vemos frente a una equiparada de fuerzas entre los "insurrectos" que cometen acciones terroristas, como lo son enfrentamientos, bloqueos, destrucción de la propiedad publica y privada y hasta secuestros. Las fuerzas del orden son instituciones tutelares que por mandato de la ley son responsables del Orden Interno y como hemos visto en Ilave se enfrentan a poblaciones enteras.
La situación es grave. En el campo militar, el Equilibrio Estratégico es el paso a la guerra de movimientos a cargo de piquetes que están apareciendo en Lima, Puno, Cusco, Junín, Tacna e Ica, conducidos por "dirigentes" dizque autoconvocados.
Lo cierto es que se trata de individuos adiestrados desde hace mas de tres años cuando el sátrapa Nicolás Maduro anuncio que "pronto llegaría la brisa bolivariana al sur del continente".
Y es que a través de operadores psicológicos y el propio Evo Morales a quien se le permitió en tiempos de Pedro Castillo instalar en Cusco una casa política del MAS se emitieron Mensajes Movilizadores (MM) y reprogramaron la mente de miles de campesinos.
No les fue difícil, tuvieron su caldo de cultivo en la pobreza, semianalfabetismo y abandono de esas poblaciones. Y no por culpa del gobierno central, sino por la ineptitud de los gobiernos regionales, que en los casos de Puno y Cusco reciben ingentes cantidades de dinero del canon minero y no saben administrarlo.
Mientras que por un lado vemos un Estado que se niega a salir del Pacto de San José, la injerencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y las ONG que solo defienden a los subversivos, por otro lado el neomarxismo de Manuel López Obrador y sus socios avanzan en el campo político y social del Perú.
Por César Reátegui
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